Los muros de la vergüenza
Se me ocurre pensar en la historia de esta innovadora máquina. Imagino a un comercial mostrándole el invento a los mandamases españoles y europeos, cabezas pensantes de una ley de extranjería destinada a mantener el orden criminal del mundo, capaz de encarcelar a una persona durante más de un año en centros de internamiento por el simple delito de haber nacido en otro lugar.
Supongo que enseñaría el aparato y haría una demostración del producto a sus clientes, esos trileros de la cartografía que deciden qué fronteras destruyen para la mercancía y el dinero y cuáles crean nuevas para las personas en busca de un futuro mejor. Imagino entonces su cara de sorpresa al descubrir que en aquel despacho, entre todos los presentes, su máquina no era capaz de detectar el latido ni de un solo corazón…
* Recomiendo ver el RT Reporta 'Clandestinos' de mis compañeros de RT Madrid
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