Dado el sufrimiento padecido por los judíos de Europa durante aquella guerra, hoy se les trata con especial cuidado y consideración en todo el mundo. Ello les permitió realizar su sueño de fundar un Estado soberano en Palestina, haciendo caso omiso de la enorme injusticia impuesta a los palestinos.
El sistemático horroroso comportamiento israelí, sin embargo, ha puesto en peligro esta "categoría especial" de la que viene disfrutando.
Se acercan los tiempos en los que la Diáspora judía en todo el mundo y los israelíes tendrán que tomar una decisión: o se alinean rigurosamente detrás de la derecha israelí– y se preparan para caer con Israel –, o se alinean con las naciones en las que viven y continúan disfrutando del tratamiento justo que esas naciones dispensan a su ciudadanía decente.
El grito histérico de “¡Antisemitismo!” que suelen lanzar los multimedios de prensa globales y las entidades de choque sionistas como la ADL –Liga Antidifamación– y AIPAC en EE.UU., o la DAIA y AMIA en la Argentina, ya no van más.
Hoy todo el mundo mira horrorizado y con asco la manera en que los israelíes asesinan, hieren y humillan a la población civil en Gaza; hoy, igual que en enero 2009; igual que en el Líbano en 2006; igual que como viene haciendo desde los años cuarenta.
Siempre protegido por EE.UU., el Reino Unido y Europa –especialmente la autoflagelante y acomplejada Alemania– Israel, como el proverbial niño malcriado, cree que puede hacer lo que quiere, cuando quiere, donde quiere y contra quienes quiera. Y, si alguien se queja, al niño malcriado israelí le agarra un ataque de rabia y grita “¡le voy a contar a mi hermano mayor!”. El Gran Hermano USA, se entiende...
Eso es exactamente lo que hace Israel, sabiendo que una y otra vez el Gran Hermano Homero Simpson de Washington está listo para darle una paliza a cualquiera que se atreva a tocar a la 'pequeña Israel': sea Irak, Siria, Libia, Afganistán, Irán...
Bueno… todo esto está por acabarse. De manera que cada ciudadano judío decente en todos los países del mundo debiera poner las barbas en remojo: aléjense todo lo que puedan de la locura que hoy afecta a Israel.
¿Ha llegado nuestra fecha de vencimiento?
Este es el título de un artículo publicado en el diario israelí Haaretz el pasado 9 de octubre, citando palabras del ex secretario de Estado de EE.UU., el New York Post dijo: “Palabra por palabra: dentro de diez años ya no habrá más Israel”.
A lo que Haaretz agrega, “¡Qué tontería! ¿no? Claramente Israel sobrevivirá para siempre. Primero, porque eso es lo que dicen nuestros líderes. Segundo, porque disponemos de un gran ejército, bombas inteligentes, una economía estable y alta tecnología. Tercero, porque Dios está con nosotros. Estos son hechos” Hmmm…. Los primeros dos definitivamente son hechos. El tercero, sin embargo, es sumamente debatible...
En este sentido, el pasado 28 de agosto el periódico estadounidense Foreign Policy Journal se refirió a un análisis de 82 páginas de extensión titulado 'Preparándonos para un Medio Oriente Pos-Israel', que fuera comisionado por las 16 agencias de inteligencia de los Estados Unidos pertenecientes a la Armada, Ejército, Fuerza Aérea, Cuerpo de Marina, Guardacostas, Agencia de Inteligencia para la Defensa, los Departamentos de Energía, Seguridad Doméstica, Estado, Tesoro, la DEA, el FBI, la NSA, las agencias Geoespacial y de Reconocimiento, y la CIA.
Algunos dudan de la autenticidad de este documento confidencial, mas sus conclusiones según publica Foreign Policy Journal parecen muy creíbles a la luz de informes anteriores confeccionados por académicos de alto nivel como Stephen Walt (Universidad de Harvard), John Mearsheimer (Universidad de Chicago), el ex presidente Jimmy Carter y su asesor de seguridad nacional Zbigniew Brzezinski. Algunas de sus observaciones son:
· “En vista de la ocupación brutal y las políticas beligerantes que lleva adelante, Israel es hoy tan imposible de salvar como lo fue Sudáfrica bajo el Apartheid, especialmente considerando que aún en 1987 Israel era la única nación de “Occidente” que mantenía relaciones diplomáticas con Sudáfrica, siendo el último país en unirse al boicot internacional antes que ese régimen racista colapsara;
· Con su creciente apoyo a los 700.000 colonos ilegales en el margen occidental ocupado, la conducción israelí está crecientemente fuera de contacto con la realidad política, militar y económica de Oriente Medio;
· El Gobierno poslaborismo conformado por la coalición del Likud se encuentra profundamente comprometido e influido por el poder político y financiero de esos colonos, y se enfrenta a convulsiones internas crecientemente virulentas, con las que el Gobierno estadounidense no debiera verse asociado ni involucrado;
· La burda interferencia de Israel en los asuntos internos de los Estados Unidos a través de resonantes casos de espionaje y transferencia ilegal de armas estadounidenses que incluye su apoyo a 60 organizaciones de fachada y a aproximadamente 7.500 funcionarios estadounidenses que trabajan para promover los intereses de Israel, procurando dominar e intimidar a los medios y agencias del Gobierno de los EE.UU., lo que resulta inaceptable;
· La infraestructura de ocupación segregacionista de Israel se ve evidenciada por la discriminación legalizada y los sistemas de justicia crecientemente arbitrarios e inicuos, no debe seguir siendo financiada ni directa ni indirectamente por el contribuyente norteamericano, ni ignorado por el Gobierno de EE.UU.;
· Israel ha fracasado como Estado democrático, y la continuada cobertura financiera y política que le otorga EE.UU. no cambiará su creciente transformación en un Estado paria internacional;
· Se observa creciente racismo rampante y violento entre los colonos judíos del margen occidental, que es tolerado por el Gobierno israelí hasta tal grado que el mismo se ha transformado en su protector y socio;
· La creciente brecha entre judíos norteamericanos que objetan las practicas sionistas e israelíes que incluyen el asesinato y un trato brutal contra los palestinos bajo la ocupación israelí, conforman burdas violaciones de leyes norteamericanas e internacionales. Ello se transforma en un creciente debate dentro de la comunidad judía respecto de la responsabilidad de EE.UU. de proteger a toda población civil en cualquier país ocupado (la así llamada “Política R2P”);
· La oposición internacional a este régimen de creciente apartheid no puede ya seguir sincronizándose con los valores humanitarios que EE.UU. declama mantener, ni con las expectativas de EE.UU. en sus relaciones bilaterales con los 193 miembros de la Organización de Naciones Unidas;
Pareciera, entonces, que todas las ventanas de oportunidad se van cerrando rápidamente para la elite de poder de ultraderecha que hoy manda en Israel.
La sangría horrorosa que Israel ha lanzado contra Palestina bien podría conformar la primera movida estratégica israelí en el Gran Tablero de Oriente Medio, orientada a aumentar las convulsiones regionales que ellos esperan arrastrarán a Estados Unidos y la OTAN a invadir Siria y, luego, preparará el camino para el tan anhelado ataque militar unilateral contra Irán. En tal caso la apuesta es infinitamente más alta y peligrosa pues el desenlace bien podría ser una guerra nuclear de proporciones inimaginables.
O están con nosotros o están en contra de nosotros…
Ese y no otro es el mensaje de Tel-Aviv a todo el mundo, y a todos los judíos del mundo, recordando el tono pendenciero de 'Baby Bush'.
Es aquí donde yace un tema fundamental y vital para todas las comunidades judías del mundo, incluida la numerosa comunidad judía en la Argentina.
El mundo se va hartando crecientemente de Israel y la cobertura mediática orwelliana absolutamente tendenciosa de los multimedios de difusión occidentales, que incluye los multimedios argentinos, solo parecen echarle nafta a las llamaradas de esta confusión programada.
Crecientemente, el apoyo a Israel se basa menos y menos sobre datos, hechos y evidencias, y más y más sobre la irracionalidad y la repetición 'ad nauseam' de los sufrimientos judíos del pasado. La “lógica” israelí, entonces, es como sigue: dado que los judíos de Europa sufrieron a manos de europeos hace setenta años, esto nos da hoy el derecho a asesinar y atormentar a los palestinos, robándoles su territorio nacional.
Toda crítica a Israel es inmediatamente calificada como “¡Antisemitismo!” y todas las matanzas genocidas perpetradas por la ultraderecha israelí se hacen “para proteger a, y en nombre de, todos los judíos del mundo”. Pero la verdad está saliendo a la luz del día.
Hoy disponemos de grandes canales de noticias con una visión alternativa que nos brindan una explicación mucho más equilibrada acerca de este y otros temas. No sorprenderá entonces que en estos días Israel lanzara dos ataques contra los estudios en Gaza del canal iraní de noticias en inglés PressTV, hiriendo a personal y periodistas.
Se acerca el día en el que las personas decentes en todas partes empezarán a reaccionar contra esta locura israelí. Y, como tristemente suele ocurrir, se corre el riesgo de que las consecuencias las terminen pagando justos por pecadores.
En la práctica, las comunidades locales de judíos de la Diáspora están siendo colocadas en situación de gran peligro por la actual dirigencia israelí en conjunción con los multimedios internacionales y sus repetidores locales como 'Clarín' y 'La Nación' en la Argentina, que promueven la desinformación y las distorsiones en este tema tan fundamental para la paz mundial.
Un gran luchador por los derechos civiles de la población negra en EE.UU., Malcolm X, alguna vez dijo: “Si no te mantienes alerta, los diarios harán que termines odiando a las personas que están siendo oprimidas; y amando a las personas que las están oprimiendo”.
De manera que cada ciudadano judío en todo el mundo debe asumir una responsabilidad personal: o apoyan activamente a Israel, con lo que tendrán que soportar las consecuencias que van surgiendo de ello, o deberán rechazar activamente esta locura de la dirigencia fundamentalista israelí y, como ciudadanos decentes, civilizados y pacíficos de sus respectivos países, dejando perfectamente en claro a través de sus organizaciones comunitarias -como la DAIA y la AMIA en Argentina- que no apoyan a un Israel que hoy administra en Gaza el mayor campo de concentración del mundo entero: un oprobioso Auschwitz en Oriente Medio”.
El pasado 24 de septiembre, el diario estadounidense The Washington Post citó al presidente iraní Mahmud Ahmadineyad quien dijo que “Israel presiona a EE.UU. con la supuesta amenaza de que Irán desarrolla un arma nuclear, lo que conlleva la posibilidad de un ataque militar israelí contra Irán, para así torcerle el brazo a su mucho más poderoso aliado”. Pensándolo bien: muy probablemente Ahmadineyad no esté errado.
El tiempo se está acabando. Las máscaras están cayendo rápidamente, y los verdaderos rostros que esconden están asomando a la luz del día. Si se ha de evitar una nueva guerra mundial, todos los ciudadanos responsables en todo el mundo deberán adoptar una posición clara y tajante en estos temas cruciales. Las comunidades judías no son una excepción a ello.
Adrian Salbuchi para RT
Adrian Salbuchi es analista político, autor, conferencista y comentador de radio y televisión en Argentina.
http://www.asalbuchi.com.ar/
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.