El fracturamiento hidráulico o 'fracking' es la técnica mediante la cual se busca extraer gas y petróleo de zonas de donde la tierra no está fragmentada. Mientras muchos países a nivel mundial han rechazado el uso de este método, en Colombia se están otorgando licencias para desarrollar esta actividad, generando numerosas protestas en las poblaciones afectadas. El periodista Luis Castro discute con expertos locales sobre la cuestión.
John Cerón, presidente de la Asociación Colombiana de Geólogos y Geofísicos del Petróleo (ACGGP), destaca que "el desarrollo sostenible es posible con una industria responsable que conoce sus riesgos y los puede manejar". "El medio ambiente lo tenemos que cuidar, pero un país como el nuestro puede utilizar sus recursos", considera.
"La pregunta es, ¿por qué hay 30 o 40 países en el mundo que lo han prohibido?", plantea Luis Álvaro Pardo, director del Centro de Estudios Mineros de Colombia (CEMC). "Algunos, porque no tienen la evidencia científica todavía y utilizando el principio de protección dicen 'no, todavía no', pero otros sí ya tienen la evidencia de las consecuencias ambientales que la actividad genera", explica.
En esta línea, afirma que en Colombia "en lugar de aprender de otras experiencias, nos lanzamos lanza en ristre para realizar una operación que ya sabemos que genera unos daños" bajo el argumento de "si no hacemos 'fraking', no tenemos plata y entonces hay que hacer reformas tributarias". "No podemos aceptarlo, porque ese es un argumento extorsivo", señala.
Por su parte, Julio Fierro, geólogo con maestría en geotecnia, apunta que existen datos de contaminación de agua y aire a causa de esta práctica. Según él, hechos como "encontrar unos contenidos de arsénico pasados muchas veces de la norma colombiana en un aljibe de una escuela nos tiene que llamar a la reflexión y a la autocrítica. Seguir diciendo que no hay problemas no es una buena idea", indica.