"La demanda de una salida soberana al mar se ha convertido en el principal objetivo de la política exterior de Bolivia (…) Pero Chile nunca ha mostrado una posición blanda o receptiva, al contrario, ha mostrado una posición que se ha ido endureciendo a lo largo de la historia de manera sistemática. Así como también progresivamente ha ido degradando las fórmulas de una posible solución", asegura el excanciller boliviano, Javier Murillo.
Por su parte, el economista y diplomático Andrés Guzmán afirma que a lo largo de la historia Santiago ha planteado dos posturas: "Una de ellas es que los chilenos se abren y ofrecen negociaciones, y otra, en la que se cierran y dicen que no hay temas pendientes". "Eso ha sido una constante", y la decisión de La Paz de recurrir a una instancia internacional era lo "correcto", debido a que "no quedaba otra alternativa", agregó.
Misión imposible
No obstante, "la demanda lo único que pide es que Chile se siente a negociar para buscar fórmulas que le permitan a Bolivia obtener una salida al mar", explicó la abogada internacional Karen Longario. En este caso, la Corte Internacional de La Haya no puede dictaminar una sentencia conminatoria, sino que posiblemente se expresaría a favor de que las partes se sienten a negociar, acotó la letrada.
Asimismo advirtió que con un fallo de esa corte las negociaciones no comenzarían inmediatamente, porque "existen mecanismos por parte de Chile para eludir ese mandato que pueda dar" el tribunal internacional.
Por otro lado, los invitados del programa concuerdan en que Santiago en reiteradas ocasiones accedió a ceder mar a su vecino, "pero esas propuestas siempre estaban sujetas a condiciones que sean imposibles de cumplir, lo que equivale a un engaño o al deseo de hacer fracasar las negociaciones desde un principio".