La masiva llegada de migrantes centroamericanos ha colapsado distintos puntos de la frontera entre EE.UU. y México y a diario se presentan más de 100 peticiones de asilo, que generan retraso en la toma de decisiones y, por consiguiente, la retención de los solicitantes en los centros de detención.
Para empeorar aún más la situación, el Gobierno estadounidense ha decidido limitar las solicitudes a 20 por día, con lo que el tiempo que los peticionarios pasarán en los centros de detención se prolonga, según explica Santiago Duarte, miembro del Colegio de Abogados de Los Ángeles (California, EE.UU.).
El pastor Fred Morris, presidente del Centro de Refugiados del Valle de San Fernando, estima que el presidente de EE.UU., Donald Trump, es "racista" debido a que permite la llegada de inmigrantes de Irlanda y otros países europeos, pero está en contra de las personas que provienen de regiones como América Latina.
Asimismo, sostiene que el mandatario es un "gran mentiroso" al definir como "inmigrantes" a los centroamericanos que han llegado en los últimos meses a la frontera sur de EE.UU., ya que son "refugiados" y no ilegales, ya que "no es ilegal llegar a EE.UU. y pedir asilo".
"Un gran negocio"
Robert McKee, coordinador de la organización Humanizando la Deportación, asegura que la cantidad de centroamericanos que han llegado hasta la frontera de EE.UU. "es poca" en comparación con las cientos de miles de personas que sigue deportando EE.UU., un tema del que la nación norteamericana prefiere no hablar.
Los invitados del programa coinciden en que las trabas de la burocracia estadounidense provocan que alrededor del 80 % de las solicitudes de asilo que han presentado los centroamericanos en los últimos meses hayan sido rechazadas.
Respecto a los centros de detención de inmigrantes, denuncian que para esos establecimientos son "un gran negocio" para mantener recluidas a un gran número de personas durante más tiempo debido a que de eso depende el financiamiento que reciben del Gobierno federal.