El asesinato del afroamericano George Floyd a manos de un policía en Mineápolis (Minesota) ha provocado que vuelva a saltar la alarma sobre el racismo y los abusos policiales en EE.UU. No solo la sociedad estadounidense afroamericana ha salido a las calles para protestar nuevamente contra estos crímenes de odio, sino que la comunidad internacional se ha sumado a la violencia en distintas partes del mundo. Sin importar la pandemia, las clases más desprotegidas en los EE.UU. piden acciones concretas que acaben de una vez por todas con las vejaciones con las conviven diariamente solo por tener un color de piel diferente.
Para analizar la situación, participan en esta tertulia Gerardo Cajamarca, activista y miembro del sindicato SEIU Local 26 en Minesota, Patricia Torres, senadora en el estado de Minesota por el distrito 63 y Lisa Okpala, activista de la Comunidad Negra Africana y Afrodescendiente en España (CNAAE).
La charla comienza con una pregunta: ¿qué hay de diferente entre este crimen y otros asesinatos de personas negras en EE.UU.? La senadora Torres recuerda brevemente la historia de lo ocurrido a George Floyd: el hombre, que había perdido su trabajo en un club cerrado por la pandemia, fue a comprar alimentos a una tienda con un billete falso de 20 dólares. Desde el establecimiento llamaron a la Policía y uno de los agentes ejerció "una fuerza exagerada", al colocar su rodilla en el cuello de George Floyd durante ocho minutos y 45 segundos, provocándole la muerte.
"Lo que es diferente en este caso tan terrible es que alguien estaba filmando ese video, que el mundo entero lo ha mirado y eso detona la frustración y la reacción del público que sabe que esto ha sucedido antes, pero no hemos tenido un video para mirarlo", destaca Torres.
Para la senadora, la muerte de George Floyd ha ocurrido en un momento "de desesperación en el que no se sabe cuál es el futuro (...) con personas que no tienen un seguro de salud, ni acceso a muchísimos recursos que existen en este estado", en el que tienen "los mejores indicadores del país para las personas blancas, pero los peores indicadores de salud, trabajo o acceso a educación si eres afroamericano, indígena, latino, asiático o inmigrante".
"Racismo estructural"
El activista Gerardo Cajamarca también hace hincapié en que el problema se centra en el "racismo estructural". "Un racismo estructural y económico donde se toman decisiones sobre, por ejemplo, dónde se invierte más recursos económicos, y no es en los inmigrantes o en los afrodescendientes. Esto forma parte de las discriminación y la falta de oportunidades", asevera.
En opinión de Cajamarca existe "un racismo estructural y también un clasismo, un bloque dominante, que se ha valido a través de la historia del trabajo de los pobres (...) y tienen un aparato ejecutivo, judicial, policial para reprimir y para garantizar el ingreso de las élites".
Por su parte, la activista Lisa Okpala comenta que lo que ha sucedido en EE.UU. no tiene ver solamente con el homicidio de George Floyd: "En estos últimos meses se han podido ver, sobre todo en los medios, un acrecentamiento increíble de los asesinatos, los crímenes por parte de la Policía hacia personas afroamericanas. Ha sido una mezcla de las dos cosas", argumenta.
Okpala asegura que desde España, donde vive, se han sentido muy cercanos al dolor de las personas afroamericanas en EE.UU. Y aunque destaca que el racismo no funciona igual en estos dos países, porque "los contextos son completamente diferentes, tanto históricos como sociales", al final, explica, existe "un factor común, y es que el racismo acaba asesinando a personas 'racializadas' de formas diferentes y con diferentes métodos".