Lucha contra el hambre: los disfraces de la codicia

Con las cosas de comer no se juega, suelen decir las madres. Tal vez deba añadirse que ni se acaparan ni se especula con ellas. El hambre en el mundo se agrava, y entre quienes no la sufren son muchos los que enferman por alimentarse simplemente mal. ¿Quién es el responsable? Seguir la pista del dinero sigue siendo el medio más fiable de averiguarlo. Y es que la alimentación no es solo una necesidad vital, sino también un medio de lucrarse y un factor de control social al que cuesta renunciar.