El 2022, que empezó con el lastre de la pandemia, siguió con un seísmo geopolítico. La operación militar especial en Ucrania ha agudizado el enfrentamiento entre Occidente y Rusia, la crisis energética y el temor de EE.UU. a perder su hegemonía. Rusia y China, que han decidido oponerse a los modelos neocoloniales y al monopolio de los recursos estratégicos, serán esenciales en la conformación de un nuevo orden global. ¿Traerá el 2023 la aceleración de ese mundo multipolar que muchos pregonan?