La conversación entre Rafael Correa y el expresidente uruguayo José Mujica, vertebrada en torno a los derechos humanos en el mundo contemporáneo e imbuida de un amable tono filosófico, abunda con igual perspicacia en asuntos históricos y en cuestiones urgentes para el futuro global.
Una irónica reflexión de José Mujica sirve para arrancar: "La igualdad de derechos es estupenda con respecto a lo que había, pero no es suficiente en las sociedades modernas porque hay personas que son más iguales que otras".
"Ese es uno de los grandes problemas", respondió Correa, señalando la diferencia entre "los valores expresados y los valores practicados". Como ejemplo, Correa cita la Declaración de Independencia de los EE.UU., "uno de los documentos más bellos de la historia de la humanidad, cuyo principal autor es Thomas Jefferson", que resulta que "según las últimas investigaciones, era propietario de unos 600 esclavos". El expresidente ecuatoriano contextualiza la cuestión en el presente: "Ese mismo problema ocurre con las élites norteamericanas 200 años después: cuando hablan de libertad se refieren a su libertad. Cuando hablan de igualdad se refieren a igualdad entre ellos".
Por su parte, Mujica hace una interesante precisión histórica: La esclavitud no se abolió por derechos humanos", sino porque no resultaba rentable. "Mas valía tener trabajadores libres que cargaban con su suerte y no cargar con la propiedad de algo que había que mantener", aclara el exmandatario uruguayo.
Los derechos humanos en el mundo globalizado
Una intervención de Rafael Correa lleva la conversación hacia un terreno fértil en reflexiones políticas y humanistas: la globalización, que según el exdirigente de Ecuador "debe crear una sociedad global, no un mercado global; y crear ciudadanos del mundo, no consumidores mundiales". Correa denuncia que la globalización propicia la movilidad de mercancías y capitales, pero criminaliza la movilidad humana.
A este respecto contribuye Mujica con una severa crítica a la actitud del mundo económicamente desarrollado en relación a África, que en su opinión fue "descuartizada" y "saqueada hasta el infinito".
"En la actualidad "se 'paga' a los africanos con una brutal discriminación y ningún esfuerzo para ayudarles con sus problemas más fundamentales", añade.
Este tipo de injusticias llevan al expresidente uruguayo a concluir que "la política contemporánea, globalmente vista desde el punto de vista de los derechos humanos, es realmente espeluznante".
En esta línea, con evidente desolación, Mujica agrega que "lo que está pasando en el Mediterráneo es criminal".
Los derechos de la naturaleza
"Los derechos humanos no pueden disociarse de los derechos de la naturaleza", señala Rafael Correa, abriendo la charla al insoslayable asunto de la crisis ecológica que atraviesa el planeta Tierra.
Por su parte, Mujica advierte que "este sistema ha dejado de lado las heridas que le ha causado a la naturaleza como si no tuviera responsabilidad", y lamenta que el ser humano, a pesar de que "nunca tuvo tanta cultura, tanto capital ni tantos medios como tiene hoy", sea el responsable de "un desastre tan grande como el que está organizando".
En opinión del político uruguayo, nuestra civilización "ha desatado también una cultura subliminal que cubre todo el planeta y que prioriza el éxito económico por encima de cualquier otra cosa". Mujica lo resume de manera contundente: "no hay decisión política que pueda con el 'dios mercado'".
Al final de la entrevista, Correa invita a Mujica a lanzar un mensaje a las nuevas generaciones. Tras pensarlo unos segundos, el expresidente uruguayo afirma que "una cosa es creer apasionadamente y luchar con convencimiento apasionado, y otra es dejarse dominar por el odio y caer en el odio", advirtiendo después que "el amor y el odio son dos cosas ciegas". Y precisa que "la gran ventaja del amor es que es creador, pero el odio acaba destruyendo a quien lo profesa".
Durante este encuentro, Rafael Correa y José Mujica profundizan también en otras cuestiones de actualidad y de gran interés, que podrán ver en el video del programa que les ofrecemos aquí en su totalidad.