Si bien hace unos años en los países de América Latina había cuatro mujeres presidentas, hoy en día ya no quedan ni jefas de Estado, ni primeras ministras. "Es cierto que uno no podría imaginar que permanentemente uno tiene que tener un cierto número de mujeres, pero es preocupante porque demuestra que todos los avances pueden significar ciertos retrocesos", sostiene la exmandataria de Chile Michelle Bachelet, que encabezó su país entre 2006 y 2010 y entre 2014 y 2018, en una entrevista con Rafael Correa.
Lo preocupante, a juicio de Bachelet, es que a las mujeres, sobre todo si están en el poder, a menudo se les evalúa "por cosas muy poco sustantivas" y superficiales, prestando atención más a su aspecto y la ropa que a sus pensamientos o acciones.
La política, aún llena de machismo
En la entrevista con Correa, la expresidenta chilena lamentó que en la política aún persiste ese concepto machista. La drástica diferencia entre la percepción de un hombre y una mujer en un gobierno se hace evidente incluso a nivel de emociones: cuando se emociona un presidente hombre, es considerado como un presidente sensible, mientras si se emociona una mujer, la toman por "una histérica que no sabe controlar sus emociones", razona Bachelet.
Este doble estándar se ve hasta en los países más desarrollados. "La campaña que se hizo contra Hillary Clinton fue muy sexista", sostiene la expresidenta de Chile. "En algunos casos puede ser una campaña malintencionada, política, ideológica y no solamente de machismo porque son lugares bastante evolucionados, pero por último se usa como arma para denigrar, disminuir la capacidad, hacer ver como que son personas menos capaces", señaló.
Violencia contra las mujeres
América Latina sigue siendo uno de los continentes con el índice más alto de violencia contra la mujer. Queda mucho por hacer para que la situación cambie, y una de las cosas más importantes en ese sentido Bachelet la ve en enseñar a los menores a resolver los conflictos de manera pacífica en la infancia y con el propio ejemplo de sus padres.
"Lo importante es que se aprenda a resolver los temas de conflicto de una manera adecuada, en un clima lo más dialogante y pacífico posible y sin violencia", destaca Bachelet. La exmandataria puntualiza que en muchos casos "son niños que son futuros violentos" porque fueron violentados, golpeados por sus padres y así aprendieron que es una manera de resolver los conflictos.
En el marco de la lucha contra la violencia de género, Bachelet introdujo en 2010 el término 'feminicidio' en la legislación de Chile, pero no menos importante que definir el propio crimen es la promoción de conductas sanas, prevención, educación y tratamiento, señala la expresidenta.
Discriminación a nivel del lenguaje
La existente desigualdad entre los hombres y las mujeres se nota también en el idioma español, donde la 'primera dama' o la 'ama de casa' suena más natural que, por ejemplo, el 'primer caballero' o 'amo de casa'. "Si tú dices a un varón 'hombre público', es un halago, ¿no? Si dices a una mujer 'mujer pública', es un problema", apunta Correa.
La exmandataria chilena, por su parte, se acordó de otro ejemplo, el de llamar a los jugadores de fútbol 'niñitas', cuando estos se quejan o fingen dolor en la cancha.
La actitud discriminatoria está presente incluso a nivel económico. Siendo presidenta, Bachelet incorporó la pensión de la dueña de casa justamente para decirles a las mujeres que se dedican a cuidar sus hogares: "Ustedes han trabajado, solo que no han trabajado remuneradamente y han trabajado dentro de su casa, pero han permitido que sus familias, que su comunidad se sostenga".
Aborto: "No es justo quitarle a la mujer los derechos sobre su cuerpo de cintura para abajo"
Bajo el Gobierno de Bachelet en Chile también se aprobó la ley de descriminalización de la interrupción del embarazo. La exmandataria se mantiene firme respecto a los derechos de las féminas sobre su propio cuerpo: "Las mujeres tenemos derecho a tomar decisiones sobre todas las cosas de nuestra vida, pero también sobre cuántos hijos queremos tener, cómo los queremos graduar y si en algún caso por alguna circunstancia que la ley lo permita si queremos interrumpir nuestro embarazo".
En otras palabras, no le parece justo que a las mujeres les digan que tienen todos los derechos sobre su cuerpo de cintura para arriba y ninguno de cintura hacia abajo. "Hay preguntas complicadas, pero nadie sabe cuándo empieza la vida (...) Es imposible saberlo", señaló Bachelet, admitiendo que el aborto en todo caso no es una solución, pero sí es "la última instancia de una mujer".