La charla entre Rafael Correa y Oliver Stone comienza con un breve recorrido por la vida del cineasta. Su juventud junto a su padre economista, republicano y conservador, en Wall Street. Stone rememora cómo se crió en esos valores y en un ambiente en el que pensaba que "Nueva York era el centro del mundo". El sistema en el que vivía no le gustaba, así que se unió a la Marina Mercante y se fue a Vietnam, país al que volvió junto a las Fuerzas Armadas. Una experiencia que le daría "un enfoque diferente de la vida" y que marcaría algunas de sus películas.
Tras Vietnam, Stone, que se considera a sí mismo un antisistema, regresó a EE.UU. Ingresó en la escuela de cine, trabajó como taxista y tan solo seis años después escribió el guión de la mítica película 'Midnight Express' (Expreso de medianoche), que resultó un éxito internacional y con la que ganó su primer premio Óscar en 1978. Después se haría con otros dos galardones en 1986 con 'Platoon' y en 1989 con 'Nacido el 4 de julio'.
Stone asegura que en la industria cinematográfica estadounidense ya no se pueden hacer películas como las que se hacían antes."Podría decirse que Hollywood ha cambiado desde el 2001 [año de los atentados terroristas cometidos por Al Qaeda en EE.UU.]. Hay más censura", manifiesta.
Pero, además, desde la caída de la Unión Soviética en 1991, "las cosas repentinamente tomaron una dirección en la que EE.UU. se sintió con más y más poder, sintió que era el único poder, la fuerza dominante en el universo, y empezó a comportarse cada vez más como tal. Fueron directamente a la guerra en Irak, Panamá y Granada, y volvieron, por supuesto, a Irak y luego a Afganistán. Fue una tras otra, una guerra tras otra. Está muy metido en la psique, los medios de comunicación lo han aceptado", asegura.
Correa, por su parte, recuerda que "los grandes imperios se han derrumbado por abrir demasiados frentes" y también "por mantener guerras que no se pueden ganar y que se sostienen a través del tiempo contra enemigos que jamás se van a rendir".
"Objetivamente, Trump ha hablado mucho, pero ha hecho poco. Las sanciones a Venezuela comenzaron con Obama", sostiene el expresidente ecuatoriano. El cineasta concuerda e incluso hace hincapié en el hecho de que en "EE.UU. ya no hay una verdadera izquierda". "Se trata de unos partidos de derecha luchando contra otros partidos de derecha. Solo existen grados", afirma.
Por ejemplo, Stone opina que la excandidata presidencial Hillary Clinton es un "halcón" y, por el contrario, Donald Trump, tenía un mensaje "más pacífico". "Decía: '¿Por qué estamos luchando contra los rusos?' Alarmó tanto al Estado industrial militar, al Estado político y a los medios de comunicación, que empezaron a atacarlo desde antes de que fuera presidente".
Respecto a Trump, comenta: "Lo peor y lo más peligroso es que rompió el acuerdo nuclear (...) Estamos poniendo al mundo entero en riesgo de una guerra nuclear, estamos desarrollando agresivamente nuevas armas nucleares (...) Lo que ha hecho es desestabilizar al mundo".
En definitiva, EE.UU., dice Stone, es "la mayor hipnosis activa que jamás ha visto el mundo (...) vende el mismo cuento, una y otra vez, de que es el mejor país del mundo. Las pruebas demuestran lo contrario. Un gran número de personas fueron asesinadas en todos esos países: desde Irak a Siria, Afganistán, Vietnam, Corea…".
America Latina
En la cinta documental 'Al Sur de la Frontera' (2009), el cineasta entrevistó a los entonces mandatarios de Venezuela, Bolivia, Brasil, Argentina, Paraguay, Cuba y Ecuador.
"Chávez fue la base, el núcleo, quien nos presentó a todos los líderes: fuimos a visitar a Lula, a Néstor Kirchner y a Cristina Kirchner, a Lugo en Paraguay, y a ti en Ecuador y Cuba... Y Bolivia... fue una experiencia que me abrió los ojos", opina Stone.
Un documental, anota el director, que fue totalmente ignorado por los medios dominantes en EE.UU. "Yo era un enemigo", apunta, mientras recuerda que una vez le invitaron al New York Times y los editores le preguntaron cómo se le había ocurrido respetar a Chávez.
"Me quedó claro: no hay modo de ganar el debate sobre Sudamérica", sentencia. Stone califica de "comedia" sucesos como los que ocurrieron en Brasil con el 'impeachment' de la expresidenta Dilma Rousseff y la posterior encarcelación de Lula.
Un extremo con el que está de acuerdo Correa, quien también tilda de comedia lo ocurrido en Bolivia [el golpe de Estado contra Evo Morales] y en Venezuela, con el autoproclamado presidente Juan Guaidó, reconocido por Washington.
"Lo de Bolivia es impresentable. Es un claro golpe de Estado, pero tú ves la doble moral internacional: reconocen enseguida ese Gobierno de facto si es funcional a sus intereses", razona Correa. "Ya no matan a las personas, sino que matan la reputación de los líderes de la izquierda", apostilla.
Para terminar, Stone reflexiona: "Lo mismo que ha pasado con la Unión Soviética, pasará con EE.UU. (...) algo va a suceder porque nos hemos llevado al límite, estamos corrompiendo completamente la historia. Por desgracia, porque quiero a mi país, nos hemos convertido en una fuerza del mal. Una fuerza del mal contra la gente. Contra la gente que quiere reformas, la que quiere cambiar las cosas".
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