En este nuevo episodio de 'Conversando con Correa. Golpes de Estado', Rafael Correa conversa con el expresidente de Guatemala Vinicio Cerezo (1986-1991), sobre los desafíos del proceso de pacificación y democratización en la región de Centroamérica.
La transición a un gobierno progresista tras la renuncia de Jorge Ubico en 1944 "fue una etapa verdaderamente difícil para Guatemala", porque las nuevas autoridades se enfrentaron a la resistencia de "grupos muy conservadores internamente" en Guatemala contrarios a las reformas "moderadas y democráticas" de los presidentes Juan José Arévalo Bermejo (1945-1950) y Jacobo Árbenz Guzmán (1951-1954).
¿Cómo afectó esto a la nueva ola progresista guatemalteca?
"Se pusieron a complotar con los EE.UU.", afirma. "Estados Unidos estaba metido en un proceso de enfrentamiento con la Unión Soviética y una pelea sistemática por el control de ciertos sectores del mundo de una manera política, o de cualquier otra manera, y se empezó a fraguar un golpe de Estado en contra del presidente Árbenz, que produjo una tragedia, porque ese intento democrático que tardó 10 años, nos condenó a una serie de gobiernos de fuerza", explica Cerezo.
¿Por qué cuesta tanto hacer lo correcto en América Latina?
"Es parte de la historia de América Latina, y ha costado mucho, porque los grupos que han controlado el poder en nuestros países han sido extremadamente conservadores y muy celosos de sus propiedades", responde Cerezo a una pregunta de Correa sobre por qué parece una constante en la historia de los países latinoamericanos el ascenso de regímenes dictatoriales.
Guatemala, en su caso, solo pudo abrir las puertas a un proceso democrático hasta 1986, con las primeras elecciones libres después de mucho tiempo en el país, donde salió electo Cerezo, dando inicio a la era de la democracia moderna en este país.
Cerezo recuerda que los presidentes Árbenz y de Arévalo se tuvieron que enfrentarse a la Guerra Fría, en la que "EE.UU. tenía miedo de que las tendencias socialistas o realmente democráticas [...] se convirtieran en movimientos subversivos que condujeran a que los países adoptaran posiciones en contra de los EE.UU.".
Según Cerezo, en América Latina se creó un fenómeno cuando se crearon "grupos que se radicalizaron y que se convirtieron en la guerrilla", porque "llegaron a la conclusión de que no había otra manera de poder llegar a establecer sistemas democráticos que pensaran en la mayoría de la población, si no era por la vía de las armas".
¿Hasta dónde Guatemala es dependiente de EE.UU.?
Además, señala que al final del siglo XX EE.UU. aún "no reconocía" que tenían la "capacidad" de tomar sus propias decisiones, "sino que quería influir, siempre con una mentalidad estratégica".
En su opinión, Guatemala "no es muy dependiente", y "tiene una economía bastante fortalecida". "Guatemala tiene que tener relaciones políticas con EE.UU., porque es un poder demasiado grande que puede influir en las decisiones internas del país, pero no dependemos realmente de los créditos o de la ayuda norteamericana. Lo que ha ayudado realmente a Guatemala ha sido el fortalecimiento de la unión centroamericana del comercio interno de Centroamérica, las relaciones con Europa y con otros países del mundo".
Chauvinismo norteamericano
"Los estadounidenses tienen un problema: el chauvinismo norteamericano. Para ellos Estados Unidos es el centro del mundo y entonces ellos creen que todo debe de girar alrededor de los intereses norteamericanos, y ese, probablemente, es todavía el problema que sigue afectando las buenas relaciones de nuestros países con EE.UU.", resalta Cerezo.