La guerra en Yemen se ha convertido en la peor catástrofe humanitaria. Pese a ello, EE.UU. sigue siendo el principal proveedor de armas y apoyo militar para Arabia Saudita, que bombardea el país árabe. El Congreso estadounidense promueve un proyecto de ley para ser más "competitivo" frente a China en los ámbitos económico, político y tecnológico, lo cual podría ser interpretado por Pekín como una peligrosa escalada hacia la confrontación.