Telefonía, navegación, meteorología, comunicaciones… una parte importante de las tareas de nuestra vida cotidiana no se conciben ya sin el uso de satélites. ¿Qué sucedería si el funcionamiento de estos servicios se viera repentinamente deteriorado por la destrucción de estos dispositivos? A eso se enfrenta la humanidad si no afronta la recogida de toda la basura espacial que ha ido depositando en la órbita terrestre desde hace décadas y que se ha convertido en una verdadera amenaza.