Argentina atraviesa el pico de la pandemia de coronavirus con cerca de 70.000 infectados y de 1.400 muertos. Aún así, la mayoría del país ha pasado a la última etapa de la cuarentena, salvo el área metropolitana de Buenos Aires. Aunque la actividad vuelve poco a poco a casi todas las áreas, numerosos pacientes continúan en terapia intensiva.
La difícil situación, después de meses con negocios y escuelas cerradas y con calles desiertas, ha multiplicado las iniciativas para hacer algo por los que menos tienen. Es el caso de la Fundación Vida Solidaria, que redobló los esfuerzos que ya venía haciendo y ahora preparan más de mil raciones de comida caliente. Estas son distribuidas todos los viernes por 20 unidades móviles de voluntarios que recorren la ciudad para atender a personas en situación de indigencia. Además de la comida, les ofrecen bebida y ropa de abrigo.
Silvia Vita Carnevale, presidenta de esta Fundación, sostiene que ahora hay más gente en situación de calle: "Es la gente que ya salió de su pensión, de su hotel, que no pudo pagar porque vivía de una changa, la changa no la tiene... Un mes te puedes aguantar, pero ya al segundo o al tercero vas a la calle", cuenta.
En la Ciudad de Buenos Aires hay alrededor de 7.000 personas en situación de indigencia, justo en tiempos en que las autoridades sanitarias recomiendan quedarse en casa para luchar contra la pandemia. Sin embargo, los voluntarios se atreven a salir al espacio público, como explica una de ellas, Laura Aquino: "La prioridad es ayudarles, es saber que si no salimos, hay mucha gente que no recibe ese plato de comida".
Daniel es una de esas personas a las que Carnavale y Aquino dirigen sus esfuerzos. Tiene casi 80 años y llegó a Argentina desde España en los años 50. Ahora habita las calles acompañado de su perra Blanca y recibe la comida caliente que los voluntarios le llevan. A pesar de pertenecer a un grupo de riesgo frente al covid-19 dice que no le tiene miedo: "Si no se hace ninguna porquería, no te vas a contagiar", afirma.
También el mundo del fútbol se vuelca
Los aficionados del centenario Club Atlético Platense también se vuelcan para ayudar. Ahora que el fútbol ha desaparecido de la vida pública, sus hinchas se unen en otros espacios, como un salón de usos múltiples reconvertido en depósito de alimentos. Allí, las donaciones han permitido que se puedan hacer más de 50 entregas a comedores de barrio.
Carlos Tantone, socio de este histórico club y voluntario, narra como la situación actual es preocupante: "Es una situación muy crítica la que se está viviendo y quien lo está necesitando la está pasando muy mal".
La ayuda de los clubes llegó al barrio Mitre, donde se ha vuelto vital para quienes antes del covid-19 ya no llegaban a final de mes y que ahora permanecen encerrados en sus casas. Pero no todas estas instituciones están en la misma situación. Los denominados clubes chicos sin el ingreso cotidiano corren peligro incluso de desaparecer.
En Argentina, tres de cada cuatro de los casi 4.000 jugadores profesionales pertenecen a las categorías inferiores y sin ingresos es imposible pagar sus salarios.
Pero no solo el fútbol se verá afectado cuando todo esto pase. Se calcula que solamente en la ciudad de Buenos Aires habrán desaparecido entre el 25 y el 30 % de los comercios cuando se retome por completo la actividad.
Además, otra novedad se ha abierto camino en medio de la pandemia: el teletrabajo. Entre el 27 y el 29 % de los trabajadores están cumpliendo sus tareas laborales desde sus domicilios. Si bien es un gran paso, ha dejado al descubierto la gran distancia entre hogares y entre territorios del país, así como la falta de infraestructuras.