Cuatro grandes actores se encuentran inmersos en una nueva carrera espacial con Marte como su objetivo. Se trata de la NASA; el equipo compuesto por la agencia espacial rusa Roscosmos y la Agencia Espacial Europea; China y la compañía SpaceX de Elon Musk.
El as bajo la manga de SpaceX es su cohete Falcon Heavy, que puede llevar hasta 100 toneladas de carga, mientras que la NASA está trabajando en el programa Orion, que es capaz de poner 130 toneladas en órbita. Sin embargo, la opción más realista en la actualidad aparentemente sigue siendo los cohetes con motores basados en la combustión química.
Uno de esos motores es el RD-170, de fabricación rusa, que hoy en día es el más potente del mundo en su clase. No obstante, Rusia ha decidido usar algunas maniobras estratégicas diferentes a las de sus contrapartes estadounidenses en esta carrera. Las prioridades actuales de Roscosmos son la órbita lunar y las misiones lunares, que servirán de punto de apoyo para vuelos posteriores a Marte. Con ese fin, los rusos trabajan en la nave Federatsia, cuya primera prueba está programada para el 2022 y dos años más tarde partiría al espacio.
¿Un viaje solo de ida?
En la carrera por Marte, China ha decidido seguir los pasos de Rusia y explorar primero la Luna. El explorador lunar Chang'e se ha convertido en la primera nave espacial en lograr un aterrizaje suave en el lado más alejado del satélite terrestre.
Uno los principales problemas es que el viaje al planeta rojo es solo de ida, y de momento no se ha descubierto la forma de volar de regreso a Tierra. Pero resulta que hay una solución. Los científicos rusos afirman que su proyecto de un motor denominado 'sistema de propulsión nuclear de clase megavatio' es lo bastante potente como para volver de Marte. Lo que lo hace único es un refrigerante especial hecho de una mezcla de helio y xenón.
Habrá que esperar para ver el avance de la tecnología y de los participantes de esta carrera, mientras tanto, en varios países se llevan a cabo diversos programas de supervivencia y experimentos en los que trabajan con entornos similares a los del planeta rojo, para luego aplicarlos cuando llegue el momento de partir hacia Marte.