El riesgo sísmico existente en Turquía se materializó trágicamente el pasado 6 de febrero, cuando el segundo terremoto más fuerte en la historia del país sacudió diez de sus provincias. La comunidad internacional respondió con rapidez enviando equipos de rescate y ayuda humanitaria. Sin embargo, la catástrofe natural ha sacado a la luz graves negligencias a nivel interno en materia de medidas preventivas. ¿Hasta qué punto se pudieron haber paliado las consecuencias del seísmo?