En la entrevista realizada por Paola Guzmán, Gallardo Rodríguez, candidato del partido Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) por el estado de Colima del 2015 se muestra profundamente crítico con las turbias funciones que cumple el ejército mexicano, y con la estructura de poder que lo rige a nivel nacional.
Preguntado por su faceta de político, explica de entrada que "la raza humana es politica por naturaleza", y luego, más concretamente, afirma que "el partido Morena es la única opción política capaz de producir un cambio real en México, y de colocar a nuestro país en una situación de desarrollo y de bienestar, que es como debería de estar, porque somos un país muy rico y muy bien posicionado geopolíticamente a nivel mundial", y añade que aceptó participar en este proyecto "para impulsar a Morena, que nunca se había presentado a elecciones,en el estado de Colima, porque conozco mi estado como la palma de mi mano".
Una de sus principales reivindicaciones, dadas sus experiencias personales como mando militar, es "que el ejército Mexicano se salga de la política y actúe como una institución de Estado y no es entrometa en los asuntos que son exclusivos de la sociedad civil". Gallardo Rodríguez detalla además que fue durante los 9 años que pasó recluido en un centro penitenciario cuando desarrollo y fortaleció estas ideas: esos años fueron "como un trabajo social, un trabajo de campo que me sirvió para fortalecer esa tesis que hoy está vigente para mi: ni el ejército mexicano, ni ningún otro ejercito del mundo, debe participar en los asuntos políticos, y menos aún resolver asuntos de carácter electoral".
"No perdimos las elecciones: nos las robaron"
"Yo creí que yo iba a ganar las elecciones -asegura Gallardo Rodríguez-. Si yo hubiera ganado Colima hubiera sido una palanca de cambio". Y a continuación explica el motivo de esa "derrota" que él se niega a reconocer como tal: "Los votos de Morena aunque solo hayan sido 5000, valen más que los votos de todos los demás partidos, porque esos votos los compraron. Fíjese bien: los compraron. El gobernador Ignacio Peralta y el candidato del PAN compraron la elección. Si la compró Enrique Peña Nieto con 13.000 millones de pesos, que está demostrado por la auditoría superior de la federación de la Cámara de Diputados, ¿no la compraría un gobernador? (...) Morena no perdió la elección, sino que les fue robada".
Esta corrupción ocurre en un contexto político que el entrevistado se ha encargado de ilustrar: "Morena no se enfrenta a un debate de carácter electoral entre partidos, sino a un sistema de poder corporativo representado por el PRI y luego el PAN y todos los demás partidos que en el fondo son un único partido".
Ese sistema al que se refiere, de acuerdo con el propio Gallardo Rodríguez, está apoyado por las compañías transnacionales y la oligarquía mexicana, que en su opinión se lucra del trabajo y los ahorros de los mexicanos, y además ejerce control sobre los medios de comunicación, los sindicatos y la burocracia. "Todo esto lleva a la crisis humanitaria, a la devaluación del peso mexicano, al colapso del sistema de defensa nacional, al colapso del sistema de justicia y a la entrega abierta de nuestro país a las transnacionales"- concluye al respecto Gallardo Rodríguez.
Las reglas no escritas del ejército
El actual candidato de Morena para el estado de colima empezó su vida castrense muy precozmente: entró al ejército con 15 años de edad, sin experiencia de la vida, "creyendo que el ejercito, que el presidente de la República, que la Iglesia, que nuestros padres…son perfectos, impolutos. Pero ya en las entrañas del ejército me doy cuenta de que todas las instituciones del Estado, y hasta nuestras familias, están formadas por gentes humanas, con grandes laberintos en su consciencia, donde unos pueden cometer actos de justicia y humanidad, y otros pueden cometer crímenes gravísimos".
En este sentido, ubicando el problema en la realidad actual, asegura que "quien manda, quien conduce la política del Ejército es una sola persona: El Secretario de la defensa Nacional, que tiene más poder que el mismo Presidente de la República". Y para probar lo que dice con ejemplos recientes, se refiere a la desaparición de los estudiantes normalistas en Ayotzinapa: "el Secretario de la Defensa impidió que una institución internacional investigara un crimen de Estado que fue cometido por el Ejército, con la aquiescencia del alto mando militar y del propio Secretario de la Defensa Nacional, ajustados a una política que viene desde el Presidente de la República". Y concluye: "esas reglas no escritas han llevado a México al caos internacional".
Gallardo Rodríguez afirma en esta entrevista haber ido a la cárcel por no ajustarse a estas normas no escritas del ejército, y haber llevado "con orgullo" el uniforme de reo militar, ya que "siempre fui inocente y soy inocente hasta la fecha".
Grave crisis humanitaria
"La intervención del ejercito en asuntos de orden político y judicial rompen el orden jurídico e institucional del Estado Mexicano, y eso es un gravísimo", comenta el militar, para afirmar seguidamente que México atraviesa "una crisis humanitaria gravísima: hay miles de muertos, miles de desaparecidos, miles de torturados, miles de mujeres violadas... es el colapso del Estado mexicano".
Y en este sentido, aprovecha para mandar un mensaje a los mexicanos: "si queremos transformar a nuestro país debemos respetar y hacer respetar la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, que es nuestro marco de desarrollo, y que ha costado muchas vidas, mucha sangre y mucho sufrimiento a los mexicanos, en tres movimientos: la Independencia, la Reforma y la Revolución…y próximamente en un cuarto movimiento que va a ser Morena , a través del orden electoral, en 2018, que espero que sea respetado.
"Las masacres que ha hecho el ejército son históricas"
"Mexico es un estado de hombres, no es un estado de leyes, y ese es el problema". Con esta frase, pronunciada en varias ocasiones durante la entrevista, Gallardo Rodríguez pretende denunciar un panorama en el que el poder reside más en personas concretas poderosas, protegidas e impunes, que en la correcta y sana aplicación de los códigos legales y jurídicos.
Valga la siguiente anécdota como ejemplo, narrada por el propio entrevistado: "Cuando salí de la carcel fui amenazado muchas veces, hasta que un día me colmaron el plato; entonces fui a Gobernación y le dije a un encargado: la única manera de que paren estas amenazas es que llames por teléfono al Secretario de la Defensa Nacional y le digas que no me estén molestando. Lo hicieron y se acabaron las amenazas".
Refiriéndose de nuevo a los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, hace un vaticinio pesimista, a la luz del tipo de poder que el ejército ostenta en este momento: "Si el ejercito tiene metidas las manos en la investigación, la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa va a quedar impune. El ejército y el Secretario de la Defensa saben perfectamente donde están. Enrique Peña Nieto sabe donde están los estudiantes de Ayotzinapa".
Y a continuación narra una trájico recuerdo personal, que viene a ilustrar la cara más macabra de la historia militar mexicana: "Las masacres que ha hecho el ejército son históricas. Cuando yo era teniente, estando de servicio en el cuartel, encarcelaron a 17 estudiantes. Yo no permití que los tocaran, porque por la noche los querían sacar. Y yo dije: no lo sacan mientras yo sea el comandante". A continuación Gallardo Rodríguez cuenta que hubo problemas, que fueron a arrestarle, que los altos mandos le obligaron a entregar a los estudiantes, y que él se negó. Sólo faltaba una hora para que terminara su turno de servicio. Sus superiores fueron a desayunar y volvieron en el turno siguiente. “Al siguiente día, esos estudiantes fueron ejecutados y los lanzaron al lago Chapala, en Jalisco", concluye. Y añade, con tristeza y un débil atisbo de esperanza: El Ejército a actuado así históricamente en México. Todo eso va a terminar cuando tengamos autoridades legítimas que ejercen el poder a través de la constitución".