María Florencia Alcaraz es una periodista argentina, una de las fundadoras del colectivo Ni Una Menos que instaló con mucha fuerza en Argentina -y trascendió las fronteras nacionales- los casos de violencia de género, principalmente los femicidios. A principios de 2015 se comenzaron a juntar un grupo de periodistas y escritoras con el objetivo de abordar esta temática. Sin embargo hubo un caso, el de Chiara Páez, una adolescente de 14 años embarazada y asesinada por su novio, que cambió el curso de los acontecimientos.
"Ese femicidio pone una fecha: 3 de junio, a las cinco de la tarde, frente al Congreso de la Nación. Muy azaroso todo porque surgió así, no espontáneamente, pero si a las apuradas", explicó Alcaraz. "Ese acto se replicó en 120 plazas de todo el país y también en Uruguay, Chile. Fueron 200.000 mujeres solo en Buenos Aires", añadió.
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La masividad de Ni Una Menos
Según la periodista la explosión de participación generada por esa movilización se debe a diversos factores. "El feminismo, el movimiento de mujeres se fue organizando de una manera muy robusta en Argentina", contó. En ese sentido subrayó que hay algo que no se hace en ningún otro país y es único en el mundo: el Encuentro Nacional de Mujeres. "Hace 31 años que las mujeres nos encontramos cada año en una provincia distinta en un espacio horizontal, donde circula la palabra y nos formamos en talleres", explicó.
"Eso hace que crezca el activismo, así como las salidas a la calle", apuntó. Esa experiencia se combinó con "los casos que sucedieron esos días que eran muy dramáticos y aparecieron en la escena pública".
En su opinión, en Argentina "el movimiento de mujeres está muy organizado y es un actor político más que está muy subestimado". Así se demostró como en un año que había elecciones "logramos que en la agenda electoral la violencia contra las mujeres estuviera presente".
La región
Respecto a la situación de Argentina en relación al resto de América Latina, la periodista y militante feminista señaló que "a nivel femicidios obviamente hay países mucho más violentos". Es el caso de Centroamérica donde "están las tasas más altas".
En Argentina "hubo muchas leyes que hicieron que avancemos mucho en el plano legislativo. Pero los actores que ahora tienen que hacer un cambio real son, por ejemplo, el Poder Judicial. Lo mismo el Ministerio de Seguridad", analizó.
Desde una mirada más geopolítica opinó que "la victoria de Donald Trump en EE.UU. y el golpe contra Dilma Rousseff en Brasil son reacciones neomachistas que nos preocupan mucho".
Los desafíos
Para Alcaraz un desafío "muy grande" para el movimiento es "instalar el tema del aborto". Esto fue algo que "no tuvo tanta visibilidad en la primera convocatoria ya que solo se habló de femicidios. En el segundo Ni Una Menos si apareció el aborto". Pero ahora "estamos teniendo el problema de los asesinatos de compañeras trans y travestis. Entonces también es ni una travesti menos". Desde esa perspectiva la apuesta es a que "todas las identidades" se puedan sentir contenidas "en ese Ni una menos, en esa frase y en el reclamo por vidas más dignas".
"Tenemos mucha esperanza en las nuevas generaciones. Hoy hay niños que crecen con otros valores de lo que es ser varón", subrayó y aclaró que "ese es un cambio que quizás no veamos". También rescató que "la tolerancia sobre la violencia hacia la mujer está mucho más baja. Estamos todos y todas más atentas".
Finalmente aclaró: "No somos un movimiento de indignadas, ni pedimos penas más duras. Apostamos a cambios de largo plazo y transformaciones más profundas".