Tras la investigación de la trama Gürtel, el jurista español y exmagistrado de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, fue inhabilitado en 2012 por autorizar escuchas ilegales durante la instrucción de uno de los casos más sonados de corrupción en España. Repasando en esta entrevista con RT ese caso vinculado con el PP, este antiguo juez recuerda que los que trataban de sacar la verdad a la luz se convertían en el objetivo de los que se sentían afectados.
"Se nos estaba señalando, poniéndonos en el punto de mira, a quienes tratábamos de descubrir la profundidad de ese mal que después se comprobó que era muy, muy extenso", comenta Garzón sobre aquel período. La posibilidad de resultar afectado de alguna forma es alta cuando uno combate las formas más complejas de criminalidad, señala el jurista quien, a pesar de todo se mantiene fiel a su oficio e intenta recuperar su posición.
"Se ha vivido un momento de degradación de la vida pública, de la vida política en España —eso es una evidencia — como consecuencia de la crisis" y de "toda una política de encubrimiento de la corrupción que lleva durante más de 20 años", señala Garzón.
Sus investigaciones de las dictaduras en Chile y Argentina, la orden de detención contra el chileno Augusto Pinochet y la causa contra los crímenes del franquismo han dado paso a la defensa de Julian Assange y WikiLeaks, que Garzón considera un reto "frente a una injusticia muy grave contra quien ha demostrado que el acceso a la información y la comunicación resulta fundamental". Así, el exmagistrado lamenta que "lo grave es que cuando esto se produce, se investiga y se persigue a quien lo pone de manifiesto y no los hechos que se denuncian".
En relación a su trabajo, Garzón indica que quiso ser juez desde joven y siempre se dedicó a lo que le gustaba hacer: "¿Hay riesgos? Sí. Pero bueno, alguien tiene que hacerlo, ¿no? Para eso estamos. Si no, nos dedicamos a otra cosa".