El deportista venezolano Adrián Solano, de 22 años, se ha hecho mundialmente famoso por haber participado en el Campeonato Mundial de Esquí en Lahti, que se llevó a cabo en Finlandia hace unos pocos días, sin haber tocado la nieve en su vida. Su coraje y sus ganas han sido suficientes para poder cumplir su sueño, a pesar de las trabas que se interpusieron en su camino.
Solano cuenta a RT qué fue lo que se le pasaba por la cabeza justo antes de bajar por la pista. "Tuve sentimientos encontrados porque no había tenido oportunidad de practicar. Fue literalmente bajar del avión y llegar a la competición y ser el número uno (en salir)", explica. Sin embargo, tiene claro cuál fue el pensamiento que invadía su cuerpo en ese momento: "Fue el de atrévete, a pesar de todos los obstáculos".
Una historia de superación
Solano, que practicaba en patines en Venezuela, tenía previsto estar un mes antes del evento deportivo en Suecia para poder entrenar, pero un desafortunado incidente con la inmigración francesa le impidió llegar a esa última fase. Tras varios días retenido en un hotel y un juicio, tuvo que regresar a Caracas con un boleto sufragado por el Consulado de Venezuela.
"Cuando vengo a Venezuela lloré como un muchacho chiquito. Sabía que las esperanzas para volver a la competición las había perdido", recuerda el joven. Sin embargo, su historia había tenido tal difusión en los medios que finalmente su viaje fue sufragado por una colecta abierta por el empresario finlandés Aleksi Valavouri. "Se recogieron 4.365 euros, sirvió para comprar el pasaje y equipos nuevos", cuenta Solano.
"Inauguré los juegos"
Cuando el deportista venezolano llegó a Finlandia, le adjudicaron el número uno. "Acababa de llegar al estadio y me dijeron que tenía 5 minutos para cambiarme. Inauguré los juegos", recuerda Solano, añadiendo que se cambió deprisa y corriendo "detrás de la salida".
"Yo dije: ‘Este es el momento que va a definir mi vida. Si yo no salgo, voy a perder todo. Y si salgo, aunque vaya a perder, yo siento que voy a ganar la experiencia o, al menos, la satisfacción de que lo hice’", explica.
Tras haber logrado participar en el campeonato, el latinoamericano solo tiene una forma de definir ese esfuerzo: "Valió la vida".
"En Venezuela se politiza lo que no debe"
Sin embargo, no todo ha sido un camino de rosas. "Mientras estuve en Finlandia me llamaban estrella y eso para mí era motivador. Estaba contento porque la gente veía mi caída no como una derrota, sino como una oportunidad de levantarse nuevamente. Cuando llego a Venezuela lo primero que escucho es que soy lo peor", indica.
Tanto es así, que algunos dirigentes de la oposición han hablado sobre el caso de Solano, quien se define como chavista. "En Venezuela hemos politizado lo que no debería ser politizado. El arte, el deporte, la ciencia. Eso es algo que debería ser neutro", defiende el joven, añadiendo que no importa si es uno es "de aquí o de allá" porque va a hacer "que Venezuela surja". "No necesita llevar una tilde política, sino solamente el apoyo de un país, la bandera de Venezuela", concluye.