"El mundo debe saber quién lo salvó de la peste nazi, y Merkel no lo entiende del todo bien"
En 1941, Nikolái Imchuk tenía tan solo 11 años cuando empezó la Gran Guerra Patria y fue obligado a abandonar su orfanato en una pequeña aldea ucraniana. Con sus compañeros, muchos de ellos incluso más jóvenes que él, recorrió kilómetros bajo los constantes bombardeos de la Alemania nazi tratando de escapar de la muerte.
Nikolái fue uno de los pocos niños que pudo sobrevivir al encontrar en un bosque un regimiento del Ejército Rojo cuyo comandante lo acogió. El pequeño realizaba tareas de todo tipo para ayudar al regimiento.
Las historias de que los norteamericanos, o quien sea, ganaron la guerra son mentira
Cuando lo capturaron los nazis, pasó hambre, sufrió enfermedades y presenció todos los horrores de los campos de prisioneros antes de ser salvado con la ayuda de las guerrillas.
El veterano destaca la importancia de contar las historias reales de la guerra que vivió en persona. Participa en eventos en el extranjero, donde se siente obligado a transmitir la historia de la gran victoria de todo el pueblo soviético. "Mientras vivamos es nuestra obligación contar estas historias", confiesa Nikolái.
"Las historias de que los norteamericanos, o quien sea, ganaron la guerra son mentira", enfatiza el veterano, y relata que cuando habló con veteranos estadounidenses sobre la guerra y sobre los 27 millones de soldados soviéticos que perdieron la vida en el campo de batalla se les abren los ojos.
"Es muy importante que todos los países sepan quién es el verdadero ganador, quién salvó al mundo de la peste nazi. Desgraciadamente, [la canciller alemana Angela] Merkel no acaba de entenderlo", lamenta el veterano.