El último libro de Anabel Hernández, titulado 'La Verdadera Noche de Iguala: La historia que el Gobierno trató de ocultar', cuenta sobre la desaparición de los 43 estudiantes en Ayotzinapa. La autora ha revelado pruebas fundamentales que contradicen la versión oficial sobre los eventos desarrollados el 26 de septiembre de 2014.
De acuerdo con Hernández, existen informes secretos del Gobierno "donde queda demostrado que el Ejército y la Policía habían estado persiguiendo y monitoreando a los estudiantes horas antes del ataque" y de esta manera, estaban al tanto de lo que iba a suceder.
También ha enfatizado que muchas de las personas arrestadas en el marco del caso son de familias pobres y no capos del narco. Además, muchos acusados, según la periodista, fueron torturados para confesar un delito que no habían cometido.
Finalmente, Hernández insiste en que las autoridades sí llevaron a cabo una pesquisa interna y descubrieron múltiples violaciones en la investigación del caso. Sin embargo, el presidente Enrique Peña Nieto ignoró su informe.
El mito de 'El Chapo'
La periodista ha dedicado 10 años a la investigación del Cartel de Sinaloa, del capo Joaquín 'El Chapo' Guzmán y sus lazos con los políticos. Por lo tanto, desmiente el mito creado por EE.UU., que lo califica "el narco más poderoso de la historia".
Según Hernández, es "un absoluto ignorante que no sabe leer ni escribir", cuya única inteligencia es "su capacidad de liarse con empresarios y gente de la política del más alto nivel".
La investigadora asegura haber tenido acceso a documentos firmados por la DEA y abogados de 'El Chapo', donde había un acuerdo entre el Cartel de Sinaloa y la Agencia Antidroga de EE.UU.: "Ustedes pueden traficar pero a cambio me tienen que dar los nombres de los diferentes narcotraficantes de otras bandas rivales".
Esto resultó ser, de acuerdo con Hernández, un "negocio redondo" para Guzmán: "Tu metes a la cárcel a todos mis enemigos y yo me hago con el control de todo México". La periodista considera que el pacto se rompió cuando "'El Chapo' se creyó su propio mito" y "dejó de entender que fue solo una pieza de ajedrez".
De esta manera, Hernández duda que los gobiernos de EE.UU. y México dejen que Guzmán cuente la verdad sobre sus complicidades en el juicio, ya que este "conoce los últimos 40 años del crimen organizado" de ambos países.