Periodista, gobernadora y política, Mayín Correa lo ha sido casi todo en Panamá. Aunque sus inicios fueron diferentes, pues estudió para ser maestra, rápidamente lo dejó todo por el periodismo.
Sin abandonar ese mundo, décadas después entró en la política. Fue alcaldesa de Panamá desde 1991 hasta 1999 y gobernadora de la provincia de Panamá desde 2009 hasta 2014. Vivió los regímenes militares de Torrijos y Noriega. Con éste último se convirtió en diputada exiliada, con la mayoría "de votos que haya recibido un ser humano en este país", según cuenta Correa.
Durante esos años luchó con la dictadura "de lleno y de frente", aunque finalmente, debido a la persecución a la que era sometida por los militares, tuvo que escapar: "Me sacó el embajador de Costa Rica, y la comisión de derechos humanos se fue al sótano. Me subí en el carro diplomático y salí de la Embajada de Argentina, donde estuve 15-17 días", narra la periodista.
Ahora afirma "con tristeza" que no ve "un futuro muy alagador", porque "la institucionalidad en Panamá no existe ya, esto es una dictadura civil".
Sobre todo, periodista
Pero además de la política, su otra pasión es el periodismo, del que nunca se apartó. "Nunca he dejado de ser periodista", reconoce, a pesar de sus múltiples cargos públicos: "He sido concejal, representante de este barrio. He sido diputada, con dos años de exilio. He sido gobernadora, candidata a la vicepresidencia, pero jamás he dejado el micrófono, o el periódico o la televisión". Sin embargo, anuncia que se aparta del programa de televisión que conduce desde hace 43 años, 'Esa cabellera Blanca'.
Tras su exilio, regresó a Panamá veinte días después de la invasión de EE.UU. en 1989, cuando el presidente Endara le nombró "de a dedo" alcaldesa de la capital, aunque después se presentaría en 1994 a las elecciones para el mismo puesto y las ganaría.
Pero su regreso a su país en 1989 le marcó: "Daban ganas de llorar. Era como ver Berlín después de la guerra: no había semáforos, las vidrieras quebradas... vi una ciudad devastada", recuerda la política.
Sin embargo, en la actualidad, aunque le afligen los problemas que todavía asolan a Panamá, como la división política y la desigualdad, opina que el país "explota más su situación geográfica", que ha "crecido muchísimo", y que estamos ante "otro país que antes de la invasión".
División política y freno de la obra pública
Mayín explica la división política que vive el país por el elevado número de candidatos que compiten en las elecciones nacionales: "Aquí no hay segunda vuelta, pero hay siete candidatos y quien gane ganará con una minoría escandalosa". Y sostiene que "en democracia las minorías se toman en cuenta, pero no gobiernan", que sería lo que sucede en Panamá: "Nos gobierna un representante de una minoría y queda una mayoría en oposición".
Sostiene que con el Gobierno de Martinelli Panamá vivió el crecimiento más grande de Latinoamérica, junto a Chile, debido a que había un gran movimiento económico de obra pública y de construcción de infraestructuras, como el metro, las carreteras, las vías urbanas o barrios nuevos en los sectores marginados: "Aquí no había desempleo, no subió del 4%. Había pleno empleo. El que no trabajaba era porque no quería", cuenta la política.
Pero Mayín critica que con la llegada del actual Gobierno se pararon todas las obras para investigarlas y "cuando en un país no hay desempleo, no hay bienestar", concluye.
Los dueños del país
También analiza con mirada aguda la estructura económica de su patria y la concentración del poder, sobre todo el económico: "Los más ricos son los dueños de los medios", dice, para agregar que "en Panamá unas 10 familias dominaban el país económicamente" desde hace décadas.
"Ahora son los nietos y los biznietos y las nueras y yernos de esas familias" quienes siguen manejando las finanzas y negocios panameños: "Parece que vamos a seguir así por siempre", reflexiona la diputada.
Tiene claro que para que en un "país chico" una familia llegue a ser tan multimillonaria como las que dominan Panamá, necesita usar el poder político para ser más rico, "para controlar más riqueza, pero con el poder político a la vez".
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