Antes de emprender su visita a Cuba, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha concedido una entrevista a RT, en la que ha abordado temas como las sanciones de Washington contra la isla, la situación en Venezuela y en el mundo y las declaraciones de las autoridades estadounidenses sobre la Doctrina Monroe, entre otros asuntos.
Cuba: Reformas "importantes" y un bloqueo "inaceptable"
De entrada, el canciller ruso destacó los procesos "muy importantes" que se están llevando a cabo en Cuba, como la entrada en vigor de la nueva Constitución, las reformas en la economía, el crecimiento del sector privado o el desarrollo del Internet móvil.
Lavrov también se pronunció sobre la importancia de la presencia en la isla de medios rusos y, en particular, de RT. En este sentido, destacó que cuanto mayor sea el acceso "a la información de calidad", no relacionada "con las noticias falsas que han llenado el espacio mediático, mejor podrá entender la gente los procesos que están ocurriendo".
Por otro lado, el ministro tachó de "conducta absolutamente inaceptable" la política de bloqueo que EE.UU. desarrolla contra Cuba, en concreto, la aplicación del capítulo III de la ley Helms-Burton, con la que —dijo— Washington "ha vuelto a demostrar a todo el mundo que no respeta el derecho internacional y que trata de aplicar sus propias leyes a todo el mundo de forma extraterritorial". Para Lavrov, "nadie en el mundo apoya esta política", que calificó de "triste" porque, entre otras cosas, no tiene "ninguna perspectiva".
"Empieza a prevalecer el sentido común" sobre Venezuela
En cuanto a la situación en Venezuela, el canciller apuntó que Rusia dialoga activamente "con todos los representantes del terreno político" del país, tanto con el Gobierno como con la oposición, y que explica a los partidarios de Juan Guaidó que se ponen en contacto con Moscú que "son inadmisibles sus intentos de solucionar sus problemas provocando una intervención desde el exterior".
Al mismo tiempo, Lavrov opina que, actualmente, con el llamado Proceso de Oslo, la situación en la nación caribeña "está cambiando para mejor" y "empieza a prevalecer el sentido común", por lo que espera que este diálogo desemboque en "un acuerdo satisfactorio para todos", en primer lugar para el pueblo venezolano.
Por otro lado, el jefe de la diplomacia rusa aseguró que "muchos países de la región" —incluidos aquellos que exigen la renuncia del presidente Nicolás Maduro— "se oponen categóricamente a la idea del uso de la fuerza".
Los países latinoamericanos "nunca aceptarán un escenario militar"
En general, cuando EE.UU. adoptaba "una postura más agresiva" hacia Caracas, "se entendió que con Venezuela no se acaba la cosa", y que "Cuba y Nicaragua serían los siguientes", recuerda el canciller ruso, que considera que la afirmación de las autoridades estadounidenses acerca de que la Doctrina Monroe sigue viva es "un hecho" y representa una posición "muy arrogante y desafiante".
En este sentido, el ministro está seguro de que incluso los países latinoamericanos que apoyaban a EE.UU. y se mostraban a favor del cambio de poder en Venezuela, "nunca aceptarán un escenario militar", de forma que, si alguien en Washington "decide usar la fuerza", toda América Latina "se mostrará en contra".
"Creo que los países latinoamericanos tienen su propio sentimiento de orgullo y de justicia", explica Lavrov, agregando que "todo esto nos permite tener esperanza en que se encuentren soluciones de paz y vías pacíficas para salir de la crisis de Venezuela o de cualquier otra parte de la región".
Las sanciones unilaterales "terminarán perjudicando" a EE.UU.
Más allá de la región, el ministro ruso de Exteriores destacó que el mundo de hoy es, en general, "multilateral", con un número cada vez mayor de ejemplos de desarrollo de nuevas economías, como China y la India, que "están creando nuevos centros de influencia económica y financiera", lo que conlleva "influencia política".
"Ignorar esa realidad es algo imprudente y poco perspicaz", advierte Lavrov, que señala que, si bien es posible que EE.UU. obtenga "algunas ventajas inmediatas" al extender sus sanciones unilaterales "a todos los participantes de la sociedad internacional", su efecto "no va a durar mucho" y, finalmente, "terminarán por perjudicarse a sí mismos".
"Sí, es posible mediante sanciones unilaterales, severos ultimátums y la aplicación extraterritorial de sus propias leyes injustas, obtener algún beneficio por uno, dos o tres años", admite Lavrov, para matizar que, a largo plazo, EE.UU. "tendrá que resignarse a entender que el desarrollo económico del mundo exige compromisos, soluciones justas y el cumplimiento de reglas que deben ser iguales para todos".
Occidente, sin los países del BRICS y sin otros países alineados "con posturas similares a las nuestras" en el marco del BRICS+, "ya no puede resolver por sí solo ningún asunto de carácter financiero o económico", sentenció el diplomático.
"Cabezas calientes en EE.UU. quieren resolver el problema con Irán por vía militar"
Al abordar la situación en torno a Irán, Lavrov recordó que el acuerdo nuclear de 2015, aprobado por la Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, estaba considerado "como el mayor logro de la diplomacia contemporánea", mientras que Washington no solo se negó "rotundamente" a cumplir la resolución, sino que, además, "prohibió al resto de los países" hacerlo.
"Es una situación paradójica y todo esto podría parecer gracioso, aunque, por desgracia, es algo muy serio", aseveró el canciller, agregando que en Washington "hay bastantes cabezas calientes que quieran resolver el problema con Irán por vía militar". Aunque, no parece que el presidente Trump "apoye dichas opiniones", muchos políticos estadounidenses "siguen planteándose esta idea", recalcó Lavrov, alertando de que "sería muy peligroso que sucediesen dichos acontecimientos" en una región que ya "sufrió en numerosas ocasiones por culpa de la política aventurera de Washington".
Irán "debe ser parte de la solución de los problemas de la región y no debe ser señalado como el mayor culpable de todo lo que ocurre allí", aseguró el ministro ruso, que cree que cada vez más países entienden que "todos los escenarios militares aventureros y agresivos son un callejón sin salida".
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