Pablo Iglesias, el líder del grupo parlamentario Unidas Podemos, se enfrenta a dos semanas difíciles. Si no llega a un acuerdo con el Partido Socialista del presidente en funciones, Pedro Sánchez, antes del 23 de septiembre, España se enfrentará a la repetición electoral, los que serán los cuartos comicios generales en el país en cuatro años. Los esfuerzos se centran ahora en lograr un Gobierno de coalición de las dos fuerzas progresistas.
Tras la experiencia de los últimos meses con los socialistas, que ganaron las elecciones pero no obtuvieron la mayoría necesaria en el Congreso para gobernar en solitario, Iglesias se define como un negociador "flexible". Así, sostiene que cuando en la correlación de fuerzas uno es el "socio débil", se debe asumir que "no vas a poder llevar a cabo todo tu programa" y que "vas a tener que ceder en muchas cosas". En este sentido, considera que la gente es consciente de que con Unidas Podemos en el Gobierno se pueden llevar a cabo "cambios modestos": "La gente valora la modestia de esos cambios porque conoce lo que ha sido el bipartidismo en España", dice.
Tras meses de negociación –concretamente desde las elecciones celebradas el 28 de abril–, hace autocrítica, aludiendo por ejemplo a las luchas internas que han salpicado su partido, aunque Iglesias vierte la mayor parte de los reproches en el Partido Socialista y cree que los mayores errores de esta formación han sido "la arrogancia y el no hacer nada". "Dejar pasar 80 días sin hacer nada me pareció una irresponsabilidad y que fueran capaces de decir a una fuerza que representa a casi 4 millones de votos, imprescindibles para llegar a un acuerdo, que nosotros no éramos dignos de formar parte del Gobierno", explica.
El político cuenta cómo sortearon el que representaba el mayor escollo para los socialistas, su propia presencia en el Gobierno, con su retirada voluntaria, y afea que eso no haya sido suficiente: "Creo que España se merece un presidente que no mienta y que sea fiel a su palabra. Su palabra no puede tener una fecha de caducidad de horas", dice sobre la recta final de la negociación en el último intento de investidura, cuando los socialistas retiraron su oferta y se frustró la formación de Gobierno. Así, las líneas rojas que Iglesias marca siguen siendo las mismas que en julio y pasan porque "el Partido Socialista asuma que tiene que compartir el Gobierno" con Unidas Podemos.
Presiones de los poderes económicos
Además de la actitud de los socialistas, Iglesias también apunta a las presiones de los poderes económicos como responsables del fracaso de las anteriores negociaciones, porque, según su opinión, "claramente" no querían a su formación en el Ejecutivo. "El Gobierno que habría respondido de manera más inequívoca a los poderes económicos habría sido un Gobierno del PSOE con Ciudadanos", añade.
Para este político, solo hay dos posibilidades en caso de que los ciudadanos sean llamados de nuevo a las urnas: "O ganan las derechas o volvemos a una correlación muy similar a la actual", dice, y afirma que confía en que desde el Partido Socialista "rectificarán y finalmente ofrecerán" a su formación "un Gobierno de coalición".
Sobre Pedro Sánchez, opina que su presencia puede ser uno de los problemas para llegar a acuerdos, y afirma que "la ideología no es algo particularmente importante" para el presidente en funciones. Además, muestra la desconfianza por quien, a su juicio, debería ser su socio de Gobierno: "El Partido Socialista propone grandes cosas en campaña y luego no las cumple".
Forzar políticas progresistas desde el Gobierno
Iglesias sostiene que una de las mayores aportaciones de la agrupación que dirige a la política española es que han contribuido "a mover hacia la izquierda al partido socialista". "El PSOE puede hacer políticas de izquierda si gobierna con nosotros, en el momento en que nosotros no estemos va a buscar a la derecha como ha hecho siempre", añade.
En materia de inmigración, el político apuesta por el cumplimiento de los "derechos humanos", mientras que en el asunto catalán, a pesar de sus diferencias con el PSOE, reafirma su compromiso con "ser leales" y con "asumir el liderazgo del Partido Socialista".
En cuanto a los "modestos cambios" a los que aspiran si consiguen formar un gobierno de coalición, ha enumerado algunas de las grandes cuestiones que están sobre la mesa de la política española: subir el salario mínimo, revalorizar las pensiones al ritmo del IPC, hacer una reforma fiscal que acerque el sistema fiscal español al carácter redistributivo que proclama la Constitución, redactar una nueva ley de dependencia o mejorar los servicios públicos.
Cinco años en política
Sobre los cinco años que lleva en política al más alto nivel, Iglesias reflexiona acerca de lo que supone la popularidad: "Cuando eres una persona tan pública, pierdes un anonimato que te permitía escuchar", por lo que confiesa que ha "perdido la capacidad" de camuflarse entre la gente y "escuchar lo que la gente dice". Por eso, insiste, "es fundamental tomar tierra de forma regular".
Así, el Pablo Iglesias de ahora le diría al Pablo Iglesias de hace 5 años: "No te metas en esto. Sigue dando clases y haciendo tus cosas de tele y comunicación, pero no te expongas a algo tan tremendamente duro. Si pudiera volver atrás, no sé si volvería a hacer lo que hice. Lo que pasa es que no tendré la oportunidad de decir nada al Pablo Iglesias del 2013".
A lo largo de la entrevista, la conversación deriva hacia otros temas relevantes sobre el periplo de la formación política que dirige, los cambios experimentados y la valoración de la situación política de algunos de los países más importantes de América Latina. Para profundizar en las reflexiones de este invitado sobre todos estos asuntos de interés, les invitamos a que vean la entrevista completa que les ofrecemos en el video.
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