Las relaciones de Cuba con EE.UU., después de un periodo de acercamiento durante el último mandato del expresidente estadouniense Barak Obama, se encuentran actualmente en una situación de retroceso con la actual Administración Trump.
Carlos Fernández de Cossío, director general de EE.UU. de la Cancillería cubana, cree que Cuba seguirá siendo un tema de campaña en las elecciones de este 2020 solo "hasta cierto punto", en la medida en que al presidente Trump "lo convenzan de que para tener el respaldo de las estructuras políticas del estado de Florida en su aspiración a reelegirse debe adoptar una política de agresividad contra Cuba y Venezuela".
En opinión de Cossío, "la crisis política y social que existe en EE.UU. desde hace años, en buena medida de la cual Donald Trump es el resultado, también tiene una manifestación en el crecimiento del respaldo a las ideas socialistas", y sostiene que ha crecido el apoyo "al concepto de una sociedad más justa, más solidaria, en que se comparta la riqueza", en contraposición con "la acumulación desproporcionada de una pequeña élite" que se está dando ahora en el país norteamericano.
Así, cuando el presidente estadounidense ataca a Cuba y a Venezuela, "pretende atacar en política interna a los sectores que podrían ser un desafío electoral por defender ideas progresistas, más liberales, menos egoístas, menos elitistas", sostiene el funcionario de la Cancillería cubana.
Según el entrevistado, se estima "que en el año 2019 el Gobierno de EE.UU. adoptó unas 82 medidas contra Cuba", de las que 43 han tenido un impacto real en la economía de la isla.
Así, Cossío desgrana las medidas contra el sector financiero, "para dificultar las transacciones financieras de Cuba, no con EE.UU., sino en cualquier rincón del mundo", porque, opina, la banca "se siente presionada o amenazada por el Gobierno de EE.UU.". Además, enumera medidas comerciales, "dirigidas a limitar la capacidad que tiene Cuba de comerciar y adquirir productos"; o las que califica de "draconianas", que tratan de privar a Cuba del suministro de combustible; o las que "limitan los recursos de Cuba por la Cooperación internacional que presta en materia de salud".
Cossío sostiene que las medidas que se han venido aplicando crecientemente no pretenden limitar la actividad del Gobierno, sino que van dirigidas a "dañar a la población cubana", con el objetivo de "afectar y perjudicar la vida del ciudadano común en su conjunto para que resulte más insoportable y eso dé lugar a acciones políticas".
Además, cree que se avecinan nuevas medidas, "porque la ambición de causar daño es inagotable para quienes hoy tienen la capacidad de regir la conducta política exterior de EE.UU., específicamente hacia Cuba".
"Nosotros también estamos convencidos de que existe una masa grande dentro del pueblo de EE.UU. que no quiere hostilidad con Cuba", dice el director, que afirma que tanto dentro del partido Demócrata como del Republicano en EE.UU. hay personas "que desean una mejor relación con Cuba", por lo que cree que "no tiene sentido responder a las provocaciones de un grupo con posiciones extremas que actualmente está rigiendo la política exterior de EE.UU.".
En este sentido, Cossío confía en que, "en algún momento, alguien llamará la atención y le pondrá freno" a la política de hostilidad hacia Cuba, porque "existe una masa grande de gente en EE.UU., incluyendo personas de origen cubano, que preferirían una política más favorable" hacia la isla.
"Nosotros no estamos en capacidad de medir exactamente qué es lo que piensa Donald Trump, qué es lo que cree sobre Cuba, que es lo que cree de la política que se está aplicando en su nombre contra Cuba", relata Cossío, y añade que "los que priman en las decisiones políticas de EE.UU. creen que deben provocar un fracaso del modelo económico cubano".
A pesar de todas las dificultades, la apuesta de las autoridades cubanas es "encontrar el modo de estrechar vínculos con EE.UU. y superar las barreras que impone su agresividad", para lo que cree que "va a ser necesario ser creativo, hará falta paciencia, hará falta humildad", porque "el restablecimiento de las relaciones entre EE.UU. y Cuba demostró que es beneficioso para ambos países y para la región".
Pero "mientras exista el bloqueo y mientras exista la ley Helms-Burton no se puede hablar con seriedad de la sostenibilidad de una reconstrucción de las relaciones entre Cuba y EE.UU.", es la conclusión a la que llega Cossío.
Para saber más sobre la situación de las relaciones entre ambos países y la importancia de la migración procedente de la isla en suelo estadounidense, entre otros asuntos, les invitamos a ver la entrevista completa.
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