El cosmonauta y piloto de combate ruso Serguéi Zaliotin, de 58 años, fue el hombre que se encargó de encabezar la última tripulación que visitó la célebre estación espacial Mir. Y este 12 de abril, en el sexagésimo aniversario de otro hito en la historia de la exploración del espacio —el primer vuelo espacial tripulado—, conversó con el programa 'Entrevista', de RT, para compartir algunas de sus experiencias únicas.
"Cuando realizamos nuestro vuelo, la Mir ya llevaba 15 años en el espacio. Al llegar a la estación, Aleksandr Kaleri y yo llevamos a cabo un examen del estado actual de la estación y realizamos varios viajes al espacio exterior para inspeccionar su superficie. En el informe decíamos que la estación era reparable y que se podía visitar y operar desde allí sin problema alguno a lo largo de los siguientes 3 o 4 años", detalla.
"Pero como bien sabe, los problemas técnicos siempre están sujetos a los problemas políticos. Para entonces ya habíamos empezado a colaborar con la comunidad internacional y acabábamos de lanzar el primer módulo de la Estación Espacial Internacional. Además, teníamos algunos compromisos con nuestros socios. Ellos nos presionaron y nos dijeron: '¿Para qué les sirve su estación? Inviertan en la EEI, tienen ciertas obligaciones que cumplir'. Por eso nuestros mandatarios tomaron esta decisión tan poco popular", recuerda.
El cosmonauta opina que, en el contexto de las fuertes tensiones que existen actualmente entre los diversos Estados, sería "razonable" que Rusia vuelva a tener su propia estación espacial para no quedarse atrás de EE.UU., Europa y China, aunque manteniendo la cooperación internacional donde sea pertinente.
En cuanto al futuro de la exploración espacial y la posibilidad de viajes tripulados a Marte, Zaliotin subraya que, más allá de los desafíos técnicos, es necesario considerar los aspectos fisiológicos de un vuelo de unos 20 meses de duración, sobre todo teniendo en cuenta la imposibilidad de abortar la misión ante un imprevisto y regresar a mitad de camino.
En la etapa actual de desarrollo tecnológico, este desafío no podrá ser resuelto con ayuda de robots, sostiene el cosmonauta.
"Podemos reproducir algunos experimentos con ayuda de mecanismos automatizados, pero nunca lograrán reemplazar por completo a las personas. Siempre hay cosas que solo un ser humano puede hacer", al menos hasta que "la inteligencia artificial sea capaz de autocorregirse durante el proceso de vuelo", explica.
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