Desde el pasado mes de enero hay un nuevo Gobierno en Honduras, un pequeño país centroamericano que en los últimos tiempos se ha convertido poco a poco en uno de los más empobrecidos de América Latina.
El vicepresidente del Gobierno de Honduras, Salvador Nasralla, quien fue una de las primeras voces en denunciar el caso del expresidente Juan Orlando Hernández, explica cuál ha sido su trayectoria hasta llegar al Ejecutivo de su país.
Aunque a nivel formal es ingeniero civil, con una maestría en administración de empresas, el grueso de su carrera lo ha desarrollado en los medios de comunicación, una "pasión" en la que se inició a los 13 años, hace ahora 56.
El paso a la política comenzó hace alrededor de 12 años, cuando ya llevaba 22 de los 33 años en los que había trabajado en televisión hablando de los problemas nacionales. "No me gustó la política y realmente no me gusta, no tengo ese carácter, soy demasiado directo", cuenta el político.
"Gente de los partidos tradicionales, Partido Liberal y Partido Nacional, los únicos dos partidos que había, me ofrecieron ser vicepresidente, ser alcalde, ser diputado, y yo siempre dije no, porque son ladrones"
Nasralla afirma que tras años explicando a su audiencia cómo "los políticos le roban al pueblo", y tras el golpe de Estado de 2009 contra Manuel Zelaya y la posterior convulsión social de 2010, empezó a valorar su incursión en la política. "Gente de los partidos tradicionales, Partido Liberal y Partido Nacional, los únicos dos partidos que había, me ofrecieron ser vicepresidente, ser alcalde, ser diputado, y yo siempre dije no, porque son ladrones", relata.
Así fue como, junto a Luis Redondo, fundó el Partido Anticorrupción, formación con la que participó como candidato en las elecciones de 2013: "Según mis cuentas gané en el año 2013, pero no teníamos representantes en las mesas", dice sobre unos comicios en los que siempre hubo sospechas sobre su limpieza.
"Volvió a pasar en 2017, otra vez cuando yo fui candidato de la alianza", sostiene el actual vicepresidente. Los resultados de aquellas presidenciales, en las que Hernández consiguió su segundo mandato, fueron "producto de un nuevo fraude", según sus palabras.
"En el 2017 Juan Orlando Hernández, ante la inminencia de que yo le podía volver a ganar, decide quitarme el Partido Anticorrupción utilizando el tribunal Supremo Electoral", denuncia Nasralla sobre unos comicios en los que fue candidato a la presidencia en una alianza con Xiomara Castro como aspirante a la vicepresidencia.
A partir de entonces, sin partido, en 2018 comienza a trabajar para la fundación de una nueva fuerza política, que llegó en septiembre de 2020 como el Partido Salvador de Honduras, que en octubre de 2021 firmó la alianza con el Partido Libre. En esta ocasión, sin embargo, los roles se invirtieron: "Así como Xiomara me había cedido la candidatura en 2017, yo le cedí la candidatura para que ella fuera la candidata y ganara estas elecciones", relata el político.
Azote de Juan Orlando Hernández
Nasralla fue una de las primeras personas que a partir de 2015 comenzó a denunciar abiertamente en los medios de comunicación al entonces presidente Juan Orlando Hernández y sus presuntos vínculos con el narcotráfico.
"De diez cárteles que había de droga Juan Orlando Hernández fue reduciendo a los demás cárteles hasta convertirse en el capo y generador absoluto del trasiego de droga"
"Sabía que era una persona que hacía negocios sucios y que estaba haciendo decisiones inadecuadas en el Congreso de la República", dice. Así, denuncia que el ahora detenido, a la espera de una posible extradición a EE.UU., "quitó a gente de la Corte Suprema de Justicia y fue allanando el camino para poder manejar la Justicia en Honduras".
Más adelante, comenzó a investigar y se dio cuenta de que "efectivamente Juan Orlando Hernández era un narcotraficante": "De diez cárteles que había de droga él fue reduciendo a los demás cárteles hasta convertirse en el capo y generador absoluto del trasiego de droga", asegura el vicepresidente.
Deseo de cambio
Nasralla opina que "en Honduras había un deseo enorme de desligarse de la dictadura" y que "la mayor parte de la gente no es de izquierda, pero la mayor parte de la gente es buena".
"Independientemente de que tengas una ideología de izquierdas o una ideología de centro o una ideología de derechas, el 99 % de la gente en Honduras es buena. Ese 99 % de la gente quería un cambio y ese cambio lo logró con esta alianza que hicimos Xiomara Castro y yo", explica.
Así, a partir de ahora, sostiene que su Gobierno tiene como objetivo "adecentar el sistema político de Honduras y regresar a la institucionalidad", algo que dibuja como una ardua tarea.
Pone como ejemplo a la Corte Suprema, que ahora tiene que decidir sobre la extradición a EE.UU. de Juan Orlando Hernández. En su opinión, esta corte aún está "bajo sus órdenes". "Hernández pagó seis millones de dólares a varios diputados por elegir la Corte Suprema de Justicia", critica Nasralla sobre la composición actual de ese tribunal, que no será renovado hasta 2023.
Nuevos retos
Para el vicepresidente hondureño, los retos del nuevo Gobierno pasan por la economía: "Honduras está en bancarrota: el presupuesto para este año es mentiroso y hay muchas deudas ocultas", dice el entrevistado sobre una nación que se ha empobrecido en los últimos años.
Para ello tienen previsto reducir drásticamente el personal público, ya que denuncian que el Gobierno anterior contrató personal en exceso, "un 60 % no hace nada".
A pesar de la situación actual, se muestra optimista. "Honduras es un lugar fértil y podría darle de comer a muchos países del mundo", afirma el político, y sostiene que el problema del país es que "ha tenido malos presidentes" y "fue empobrecido intencionadamente".
Para conocer todos los detalles de la carrera política de Salvador Nasralla y los primeros objetivos que se ha fijado el nuevo Gabinete, les invitamos a ver la entrevista completa.