Vidas incompletas: La legión de huérfanos que deja el turismo sexual en Filipinas
En la ciudad filipina de Ángeles se ubicaba, hasta 1991, una base militar de la fuerza aérea de EE.UU. Sin embargo, actual muchos hombres, en su mayoría jubilados, acuden en masa a esta ciudad de 'ángeles caídos' para buscar 'paz y amor'. Como consecuencia, hoy en Filipinas crece una generación de niños huérfanos, como si de un país en situación de posguerra se tratase. Los padres de un gran número de ellos son turistas sexuales extranjeros. Estos niños nunca han conocido y, con toda probabilidad, nunca conocerán a sus padres.
"Hola, papá. Me gustaría que me ayudaras a terminar mis estudios, porque quiero ser doctora. Nací en el 2004, el 14 de agosto", dice en un mensaje a cámara Mary-Ann. "Hola, papá. Soy un niño mayor, ya tengo 12 años. Nací el 1 de julio del 2003. Realmente deseo conocerte, porque por mis venas corre sangre alemana y deberíamos vernos sin falta", pide por su parte Jean-Lester.
Le pregunté: '¿Me violaste?'. Después tuve un retraso de la menstruación. Se lo dije pero no me creyó
Sara cobró al equipo de RT 100 dólares por una noche. Tiene 20 años y una hija que hoy cumple 2 meses. Sigue trabajando en el bar para poder dar de comer a su niña, cuyo padre biológico regresó a Australia. "¿Cómo me quedé embarazada? Pues era un día que estaba muy borracha. Creo que me forzó. Más tarde le pregunté qué había pasado. Él dijo: 'Nada. No pasó nada'. Le pregunté: '¿Me violaste?'. Después tuve un retraso de la menstruación. Se lo dije pero no me creyó", cuenta Sara, añadiendo que hay semanas en las que no gana nada.
"Si deja de trabajar no tendrá dinero para comprarle leche. En cuanto a mí, a veces hago limpieza de casas, lavo la ropa. Eso me ayuda a pagar la vivienda que comparto con mis primos", cuenta Neli, su tía, quien tuvo que dejar la prostitución porque los dueños del bar ya no querían contratarla. La juventud es la única mercancía que tiene demanda aquí.