La cara fea de la belleza
Los británicos descubrieron el tesoro del estado de Yarkand tras convertir a la India en una de sus colonias y construir una carretera desde Calcuta hasta Deli. El 60 % de los depósitos mundiales de mica se encuentra a ambos lados de esa vía.
Este mineral es ampliamente utilizado en la industria cosmética: se puede aplicar en pieles sensibles, no obstruye los poros y es totalmente natural. Para cientos de miles de personas es su única fuente de ingresos. Sin él, los habitantes de esa región se morirían de hambre.
Explotación infantil y muerte
A pesar de que la legislación india indica que está prohibido perforar en busca de mica, cualquiera de los habitantes de Yarkand sabe que la gente aún extrae ese mineral de manera ilegal. El problema es que los responsables del proceso recurren a mano de obra esclava que, a menudo, incluye explotación infantil por menos de tres dólares diarios.
En las minas todos los meses se registran, al menos, uno o dos accidentes mortales. El mineral se extrae usando el método más peligroso: se escarba en el techo del lugar, donde la roca parece que va a derrumbarse en cualquier momento.
Además, existe otro peligro mortal: la inhalación de polvo de mica puede provocar cáncer de pulmón. El número de personas afectadas por enfermedades oncológicas en la zona aumenta al alarmante ritmo de un 10 % anual.
La fina línea de la legalidad
En Yarkand, el 90 % de las minas son ilegales, pero las plantas de procesamiento de mica sí son oficiales. El giro más ingenioso es que no existe ningún control sobre quién entrega la mica o para certificar si procede de una mina legal o ilegal.
En 2014, las mayores empresas de cosméticos del mundo anunciaron que habían dejado de comprar mica obtenida de manera ilegal o que fuera fruto de la mano de obra infantil.