La comunidad religiosa en la que todos esperan alcanzar la inmortalidad
Todas las mañanas a las 5:00 am la comuna llamada La Nueva Generación, que reside en el estado indio de Mizorán, sale a la calle para, tras pasar lista rápidamente, reunirse para cantar alabanzas a su líder: Ziona. Este hombre es el cabeza de la familia más grande del mundo (164 miembros) y ha sido el líder de una secta cuasi cristiana durante varias décadas. Aparte de sus familiares, tiene a más de 1.000 seguidores que creen que les dará la inmortalidad.
Para algunos, Ziona es simplemente un líder, mientras que para otros adquiere el nivel de Dios. "Para mí es como Dios, ya que es nuestro líder supremo", cuenta un joven a RT. "Sus palabras son las palabras de Dios", dice una niña.
¿Cristianismo y poligamia?
El secreto de una familia tan grande es la poligamia: Ziona tiene 38 mujeres. No es algo común entre los cristianos de Mizorán, pero los adeptos a la secta La Nueva Generación tampoco lo son. En su territorio no se ven imágenes de Jesucristo, de la Virgen María ni biblias ni crucifijos. Utilizan los símbolos del cristianismo primitivo. La imagen más venerada es la del león, porque es fértil y polígamo, igual que su líder.
Sus enseñanzas fueron introducidas por el padre y el tío de Ziona, quienes en la década de 1940 fueron expulsados de su comunidad por herejía. La tierra donde la familia vivió durante su exilio ahora es considerada sagrada.
"Nunca morirá"
Los límites de la comuna La Nueva Generación se confunden con los de un pueblo, Baktawng. Antes, de hecho, eran una sola localidad hasta que La Nueva Generación se convirtió en un asentamiento independiente.
"Les preguntamos '¿Qué pasará con la comunidad si Ziona muere?' Y ellos contestan: 'Nunca morirá. Es inmortal. Ziona es como un dios para nosotros', cuenta Azan, el representante en el estado de Mizorán de la fe cristiana oficialmente reconocida.
Por lo general, la gente de Baktawng maldice la actitud totalitaria de sus vecinos, pero envidian su prosperidad económica, la cual consiste en que los sectarios se levantan temprano, rezan a Ziona y trabajan gratuitamente para la comunidad hasta las 8 de la mañana. Después cada uno se dedica a sus propios negocios. Cada hijo, yerno o simplemente cada hombre de la secta dejan a Ziona una parte de sus ingresos.