Proyecto Duterte
Casi todas las noches hay un velatorio en Manila; esa es la nueva realidad en Filipinas. Mientras el Gobierno se emplea en erradicar las drogas del país, los cuerpos se acumulan por todas partes. Desde que Rodrigo Duterte fuera elegido presidente en 2016, según cifras oficiales, más de 2.000 personas han muerto en operaciones antidroga y más de 3.000 en circunstancias "inexplicadas".
¿Quiénes realizan los asesinatos?
Todos los asesinatos tienen algo en común: antes de matarlas a las víctimas se envuelven y se les colocan carteles que rezan "soy un traficante" a su vera. Es la forma de mostrar quién lo ha hecho: un justiciero. RT logró entrevistar a uno de ellos en un sótano ubicado en el barrio rojo de Manila.
"No sabemos quién pagó nuestra fianza. Nos necesitaban porque éramos asesinos profesionales", cuenta el hombre, añadiendo que, hasta el momento, ha matado a ocho personas. "Es mi fuente de ingresos. Además, yo también tomo droga. Tenía la sensación de que a mí también me podrían matar. Pero ya estoy demasiado metido en este mundo, no hay forma de salir", añade.
Asimismo, proliferan las denuncias que apuntan a que son los propios policías los que matan a los sospechosos bajo arresto o que falsifican pruebas para no quedar en una situación embarazosa si el registro no da resultados. Incluso existen informaciones que apuntan que algunos funcionarios están aprovechándose de la campaña de Duterte para eliminar a competidores políticos.
Duterte: "¿qué son 3.000 vidas?"
Por su parte, el mandatario filipino lo tiene claro: "incluso si es cierto que realmente fueron asesinados o que se produjo un error en algún momento, ¿qué son 3.000 vidas en comparación con las vidas de 4 millones de filipinos que pueden acabar destruidos por las drogas?".
Al ser preguntado por la corresponsal de RT Marina Kósareva qué le diría a la madre de una víctima inocente, Duterte hace referencia a los "daños colaterales": "Como cuando en Oriente Medio bombardean un hospital y dicen: 'Bueno, no esperábamos que hubiese pacientes en el interior, pensábamos que estaba vacío'. Aquí es lo mismo".