Este 8 de agosto se cumplen diez años de la ofensiva de Georgia en Osetia del Sur. RT reúne en un documental testimonios de los sobrevivientes de este conflicto, incluyendo el de un niño que nació en medio de un bombardeo georgiano.
Así lo relata Arsén Kachmázov: "Nací el 8 de agosto, cuando una granada explotó fuera del hospital y lo llenó de humo". Su madre Shorena cuenta que llegó al centro de maternidad de Tsjinvali, la capital de la república de Osetia del Sur, pasando a través de "una ciudad quemada y en ruinas", con "coches ardiendo por todas partes".
RT también habló con Maya Bestáyeva, quien entonces trabajaba como enfermera en una base de las fuerzas de paz rusas que se hallaba en el camino del Ejército georgiano y fue sometido por parte de este a un intenso bombardeo durante varias horas.
"Había disparos por todas partes. Delante de mí estaba el campo de instrucción, que era como una franja de la muerte. Era muy peligroso cruzarlo, pero pese a todo fui y volví varias veces para ayudar a los heridos", recuerda la mujer, que resultó gravemente herida, al igual que su hijo.
Otra historia es la del fotógrafo estadounidense Joe Mestas, cuya esposa surosetia y su hija estaban en agosto de 2008 de vacaciones en la casa de sus padres en Osetia del Sur. "En la mañana del día 8, mi mujer me llamó y me dijo que cayeron bombas a un par de cientos de metros de la casa de su madre", explica. "Me acuerdo de que yo estaba llorando y tenía miedo, pensaba que si algo le pasaba a mi familia, mataría a Saakashvili, y lo pensaba de verdad".
"Un par de años después de la guerra, tenía la esperanza de que otros países por fin reconocieran que Georgia era la responsable de esa guerra (…) Estaba seguro de que otros países seguirían el ejemplo de Rusia y reconocerían la independencia de Osetia del Sur, y me llevé una gran decepción al ver que no lo hicieron", confiesa Mestas.
El documental muestra asimismo cómo es la vida de estas gentes hoy en día. Desde el conflicto, el centro de Tsjinvali ha cambiado sustancialmente después de que la mayor parte de sus edificios fueran restaurados. Rusia ayudó a reconstruir la arrasada república y fue el primer país en reconocer la independencia de Osetia del Sur. Actualmente, Moscú ayuda a mantener la paz en la región.