Los ingenieros rusos han aprendido a convertir vehículos de guerra comunes en vehículos no tripulados. Y ése es el origen del Vikhr. En los últimos años de la década de los 80, cuando fue diseñado, nadie podía imaginar que se llegaría a manejar por control remoto. Hoy, operadores expertos como Serguéi Kormílitsyn, mueven un mando computerizado a distancia como si fuera el volante del carro de combate.
El vehículo es operado en realidad por tres personas: un comandante, un artillero y un conductor, pero en el futuro, podrá ser manejado por una sola persona. El Vikhr está equipado además con tres cámaras en la parte delantera y otras tres en la parte posterior.
Alta funcionalidad en combate
Para probar esta máquina bélica en condiciones de combate, se le somete a una prueba de disparo, en la que es necesario apuntar con precisión. El Vikhr robotizado disparará a unos maniquíes de plástico situados al otro extremo de un campo de tiro mientras un dron ofrece imágenes de la prueba. A la voz de '¡fuego!' la ametralladora con cañón de 30 milímetros del Vikhr destroza sus objetivos con precisión implacable.
El Ingeniero Jefe de Investigación del Centro de Investigaciones y Pruebas de Robótica del Ministerio de Defensa de Rusia, Oleg Petrashko, confirma que la distancia a la que se ha llevado a cabo la prueba "es la distancia a la que operan las unidades tácticas". "Para nosotros es más que suficiente", añade.
Pocos días después de esta prueba, el Vikhr es enviado a una exposición dedicada, precisamente, a la robotización de las fuerzas armadas rusas. Allí pudo exhibir uno de sus accesorios más importantes: una plataforma con ruedas pegada a su chasis, con funcionamiento autónomo también a control remoto. "Actualmente este vehículo puede alcanzar una velocidad de 5,5 kilómetros por hora", comenta Alexéi Bogachov, ingeniero responsable de la mencionada plataforma. "Nuestro objetivo es aumentarla hasta los 20 kilómetros por hora, lo que satisface la mayor parte de las necesidades militares". El ingeniero explica también que en cada una de las tres secciones de esta plataforma se pueden cargar unos 50 kilos de carga útil, lo que permitiría, por ejemplo, "llevar a un soldado herido acostado encima".
A pesar de todos los avances que ofrece, el Vikhr sigue siendo sólo un prototipo. Sus diseñadores aún tienen previsto hacer ajustes y perfeccionarlo. Mientras tanto, el Ejército ruso ya dispone de otro vehículo no tripulado: el Projod-1, que es de hecho el primer sistema robótico de gran capacidad del país, y que hasta ahora no había sido mostrado al público. Este vehículo sirve para moverse por terrenos minados, y puede funcionar en modo tripulado, no tripulado, e incluso automático, siguiendo puntos predeterminados del mapa de la zona en la que se encuentre.
Para profundizar en el conocimiento detallado de estos modelos, así como para apreciar las importantes imágenes de las pruebas militares llevadas a cabo, les recomendamos que vean el documental completo, que cuenta además con los testimonios de diversos expertos y representantes de las fuerzas armadas.