Nebo-M: Cazafurtivos (E15)
El complejo de radiolocalización Nebo-M consta de tres vehículos: un radar de frecuencias muy altas, otro de frecuencias ultra altas y la unidad de control. En conjunto, forman un sistema de radar móvil capaz de detectar todo tipo de aeronaves furtivas, así como lanzamientos de misiles balísticos.
A pesar del gran tamaño de los vehículos, solo se necesitan seis personas y 15 minutos para poner los radares en funcionamiento y cubrir un espacio que ronda los 1.800 kilómetros de distancia y los 12.000 metros de altura.
"La idea principal y más innovadora del complejo" es que los dos radares "no funcionan de forma independiente, sino en sintonía", con lo cual "disfruta de las ventajas de ambas bandas de frecuencia". Así, "la antena de frecuencias muy altas detecta objetivos con tecnología furtiva integrada u objetivos muy pequeños a largas distancias, mientras que la antena de frecuencias ultra altas determina coordenadas con una altísima precisión", explica el diseñador jefe de Nebo-M, Alexánder Bomshtéin.
Gracias a la antena de mayor tamaño, el radar de frecuencias muy altas es capaz de localizar objetivos a largas distancias: no solo aviones furtivos, sino también vehículos aéreos no tripulados. Según el comandante de las tropas radiotécnicas de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, Andréi Koban, hasta el momento el Ejército ruso ha recibido 20 unidades de este sistema y las ha distribuido en diferentes puntos del país.
"Detectar no solo objetivos aerodinámicos"
Estos modernos complejos cuentan con características excepcionales gracias al uso de radares de barrido electrónico activo que funcionan en varias bandas de frecuencia. Eso significa que pueden detectar objetos a grandes distancias con una pequeña sección equivalente de radar, como explicó Yuri Borísov cuando era viceministro de Defensa de Rusia, en 2017.
"Es la primera vez que las Tropas Radiotécnicas cuentan con un aparato capaz de detectar no solo objetivos aerodinámicos sino también balísticos. Es decir, sirve no solo para la defensa antiaérea tradicional, sino también para la defensa antimisiles no estratégica, algo que Bomshtéin considera "fundamental para la consolidación de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia".
Desde el Ejército ruso también aseguran que ningún país ha desarrollado proyectiles capaces de destruir sistemas como el Nebo-M porque, "simplemente, son incapaces de detectar" ese complejo, que también está protegido contra los inhibidores de frecuencia que interfieren las señales de un radar.
"El Nebo-M tiene una protección más alta contra interferencias porque utiliza varias frecuencias, así que resulta prácticamente imposible interferir su señal" y, si uno de sus radares deja de funcionar, "sus funciones las desempeñará otro", agregó Alexánder Bomshtéin.
A pesar de que resulta prácticamente imposible interferir tres bandas de frecuencia, los especialistas rusos incluso se han preparado para esas situaciones.