Igual que flores que crecen en las piedras, en un lugar desolado por la guerra y el terrorismo puede crecer una hermosa iniciativa para ilusionar a niños y a adultos. Con este espíritu ha nacido el Circo de Kabul, donde los niños pueden olvidarse por un momento de un entorno en el que nadie parece tenerlos en cuenta. Sus fundadores llamaron a la academia de artes circenses en la que se basa precisamente así, Kuli San: 'flores que crecen en las piedras'.