La 'Ciudad de las Mujeres': el refugio que las colombianas construyeron para vivir en paz
Después de décadas de guerra civil, las mujeres se han vuelto más vulnerables a la extrema crueldad y a la violencia sexual de los grupos armados. Las refugiadas que huyen de la guerra se sienten seguras solo cuando se mantienen juntas y en grandes grupos. Estas reuniones les dan fuerza, y por un tiempo les ayudan a desconectar de esos horribles recuerdos.
Érica María Maraskaro tuvo que abandonar los montes de María, un amplio territorio agrícola y ganadero ubicado entre los departamentos de Bolívar y Sucre, luego que la violencia llegara a esa zona. "Llevábamos una vida feliz hasta que comenzó el conflicto", recuerda Maraskaro, señalando que "los crímenes más atroces" se perpetraron precisamente en esa región.
Según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados, 7,5 millones de personas fueron desplazadas a causa del conflicto armado entre las fuerzas de seguridad del Gobierno, los grupos paramilitares y los rebeldes de Colombia. Las mujeres y los niños fueron los más vulnerables al crimen, la violencia sexual y el hambre.
Las mujeres, el blanco de la violencia
"En Colombia, la que sufre es la mujer. Si llega el Ejército la viola, si llega la guerrilla la viola, si llegan los paramilitares es lo mismo. Nosotras somos un blanco para ellos", relata Maritza Ester Marimón.
Ante la crueldad masculina y a la completa indiferencia por parte del Estado, las mujeres de la Liga de Mujeres Desplazadas levantaron cientos de casas en el municipio de Turbaco, departamento de Bolívar, en un intento por llevar una vida digna. Sus integrantes tuvieron que llevar adelante su propósito pese a las amenazas y desaparición de algunas integrantes de la organización.
Y aunque la 'Ciudad de las Mujeres' fue construida como una respuesta utópica a muchas décadas de violencia hacia las mujeres colombianas, ni siquiera este refugio puede protegerlas por completo de las agresiones.
"Cada vez es más difícil la protección para las mujeres. La situación no es fácil y la lucha continúa. Pero esa es la situación en este país, donde este año al menos 350 defensores de los derechos humanos han sido asesinados", asevera Patricia Guerrero, fundadora de la Liga de Mujeres Desplazadas.