Los tiempos están cambiando en el remoto condado de Damxung, en la región autónoma del Tíbet, cuyos habitantes siguen sustentándose de los recursos propios de su tierra y conservan sus tradiciones ancestrales. Sin embargo, en los últimos años han presenciado la llegada del progreso: mejora de infraestructuras y viviendas, apoyo a las empresas familiares o mayor acceso a la educación. Un ejemplo de cómo el equilibro entre desarrollo material y mantenimiento de la esencia cultural es posible.