Cartas al terrorista
El 1 de septiembre de 2004, un grupo de 32 terroristas irrumpió en la escuela número 1 de la ciudad de Beslán, en la República de Osetia del Norte, y tomaron como rehenes a 1.128 personas, entre niños y adultos, que en aquellos momentos estaban celebrando el inicio del año escolar.
No hay nada más terrible que ver que tu hijo se está muriendo y tú no puedes hacer nada
Durante más de 50 horas los rehenes vivieron hacinados, sin agua ni comida, en un gimnasio de la escuela cargado de explosivos y amenazados constantemente por los 32 terroristas fuertemente armados, hasta que una explosión que provocaron accidentalmente los propios atacantes desencadenó el caos y propició la huida masiva de rehenes y la operación de las fuerzas especiales rusas. Como resultado de las acciones de los extremistas murieron 334 personas, incluidos 186 menores.
Diez años después, algunos de los padres de los niños asesinados en la escuela de Beslán le escribieron cartas a Nurpashí Kuláyev, el único terrorista que sobrevivió al asalto, y que actualmente cumple cadena perpetua.
"Kuláyev, eres hijo, eres hermano, eres marido y padre, pero hiciste tu elección: hiciste todo para que la luz no ilumine a tus familiares. Eres un infanticida y un terrorista, tú mismo condenaste tu linaje, tu pasado y tu futuro. No existes, pero siempre existirá el odio y el desprecio hacia ti", escribió en su misiva Susanna Dudíeva, cuyos hijo e hija, Zaur y Zarina, fueron tomados como rehenes aquel 1 de septiembre. Zaur fue asesinado en el ataque.
Aneta Gadíeva, la madre de los rehenes Alana y Milena —Alana fue asesinada durante el ataque—, ha tachado al terrorista Kuláyev de "animal". "Te llevaron a esa escuela como a un animal, te sentaste allí como un animal y ahora estás en prisión como un animal". "Han pasado 10 años desde que hiciste un acuerdo con el diablo, que oscureció tu mente. Tú te llevaste nuestro más preciado tesoro, la cosa más preciosa para cualquier madre: su hijo. Estás pagando por tus pecados aquí, en la Tierra", concluye su carta.
Marianna e Irbek, dos de los tres hijos de Alevtina Janáyeva, fueron tomados como rehenes por los terroristas y Marianna fue asesinada por ellos. "Por desgracia no puedo y no quiero maldecirte ni a ti, ni a tus hijos, solamente quisiera que alguien pusiera a tus hijos en una habitación cerrada —sin comida, sin agua, sin aire— y que tú puedas observar su suplicio desde fuera, cómo están sufriendo de sed y de miedo. No hay nada más terrible que ver que tu hijo se está muriendo y tú no puedes hacer nada. Y de momento tú estás más feliz que nosotros", concluye esta madre su misiva.
"Si ahora, después de tantos años, me preguntaran, ¿cuál de los dos destinos elegirías?: ¿el de un asesino que mató a tantos niños o el de una madre que aceptó con dignidad su suerte, sacrificando a su propia hija?, yo conscientemente —repito, conscientemente— escogería ser la madre", escribió al terrorista Marina Pak, cuya única hija, Svetlana, estaba entre los rehenes y fue asesinada durante el ataque.
Un criminal que no se siente culpable
Nurpashí Kuláyev ha aseverado que no se siente culpable de que murieran mujeres y niños. Además, indicó que cumplía las órdenes de terceras personas y no hubiera podido prevenir el ataque aunque lo hubiera intentado.
La psicóloga de la prisión donde está recluido de por vida, Alevtina Lúchnikova, ha calificado al recluso de "una persona desequilibrada".
"Cuando yo conversaba con él, me contaba a menudo que tenía pesadillas, en las que veía mucha sangre, sangre chorreando por las paredes. […] Yo lo considero un criminal, yo diría que su arrepentimiento es fingido, porque cree que la sentencia judicial es injusta".
El terrorista se negó a responder a las cartas de los padres que perdieron a sus hijos en el ataque del 2004.