Nuestros peregrinos andan justos de dinero, así que acuden a su patrocinador, la criptodivisa dash, para cumplir la promesa que Stephen hiciera a un club de motociclistas y meter la autocaravana en medio del puerto de Boston. Después se dirigen a la reproducción de la colonia que fundaron los primeros peregrinos llegados a estas tierras. Entre choques culturales y problemas de vestuario, Max y Stephen tratan de dilucidar si siguen vivos hoy los valores que trajeron del Viejo Mundo.