El presidente de EE.UU., Joe Biden, no pensó en las consecuencias, cuando dio la orden de volar los gasoductos Nord Stream el año pasado ante el estancamiento del conflicto en Ucrania, opina el reconocido periodista Seymour Hersh en una entrevista con el programa 'Impacto Directo' de RT.
"No creo que Biden pensara en las consecuencias. Es el odio a Rusia, al comunismo", sugiere Hersh.
Efecto bumerán de las sanciones
El entrevistado considera que a la Casa Blanca "no le está yendo bien" con su estrategia respecto a Ucrania. "Y las sanciones tampoco funcionaron. McDonald's puede que se haya ido de Rusia, pero siguen vendiendo hamburguesas. Y el país no está arruinado. La gente sigue viviendo. Estoy seguro de que su economía se ha visto un poco afectada. No están recibiendo el mismo dinero. Pero están saliendo adelante. Están vendiendo gas", remarca.
En esta línea, subraya que las restricciones antirrusas tuvieron un efecto bumerán sobre las economías occidentales, enfrentando niveles de inflación "jamás vistos", mientras que hogares y empresas tienen que lidiar con las altas facturas de electricidad.
"Intentan arreglárselas con el gas natural licuado que no se produce en cantidad suficiente y cuesta tres o cuatro veces más. No hacen lo suficiente como para que la gente no pase frío. Y no solo en Alemania, sino en toda Europa occidental", recalca.
Volar los Nord Stream para presionar a Europa
En la entrevista, Hersh reitera su versión de que buzos de la Armada de EE.UU. perpetraron los actos de sabotaje en los gasoductos, al tiempo que sostiene que si en Occidente quisieran realizar una verdadera investigación, conseguirían la respuesta "en pocos días".
El reportero insiste en que Biden ordenó realizar los ataques meses después de que se colocaran explosivos bajo los gasoductos durante unos ejercicios de la OTAN, porque temía que el apoyo de Europa a Kiev pudiera debilitarse.
"La mejor conjetura que se me ocurre (la gente que estaba involucrada en esto estaba muy desilusionada con el tema) es que él temía que Europa empezara a alejarse, sobre todo los alemanes. Después de la Segunda Guerra Mundial los alemanes no están muy interesados en tener un gran Ejército. Y les piden que produzcan más tanques", apunta.
En este contexto, Hersh arremete contra el canciller alemán, Olaf Scholz, porque "no ha hecho nada para evitar" la voladura del Nord Stream 1 y 2. El periodista señala que "no está claro" si el jefe del Ejecutivo alemán estaba al tanto acerca de quién hizo explotar los gasoductos, pero "seguramente no ha estado entre los que exigían una investigación".
Biden busca ser reelegido a costa del conflicto en Ucrania
Por otra parte, el ganador del premio Pulitzer considera que el conflicto en Ucrania es beneficioso para Biden, porque "quiere ser reelegido". "Hay muchos problemas en el país que [Biden] no está atajando. Y para los presidentes la guerra siempre es una gran ventaja. Cuando vas a la guerra, ganas muchos puntos, siempre", declara Hersh.
El reportero recuerda que Bill Clinton, presidente de EE.UU. de 1993 a 2001, "aprendió esto en los peores días de su presidencia, cuando comenzó el bombardeo de Irak".
Según Hersh, Clinton "recibía muchas críticas" y bombardeó la capital de Irak, Bagdad. "Era la primera vez que EE.UU. atacaba una ciudad importante en el Medio Oriente. Al día siguiente, el domingo, él [Clinton] va a la iglesia. El bombardeo fue el sábado. Va a la iglesia y es un héroe. Los periodistas se le echan encima", subraya.
El periodista señala que "así funciona", y por eso Biden "se lanzó sobre Ucrania" y "hará todo lo posible para mantenerlo".