¿Sufre EE.UU. el síndrome de la Reina Roja?
"Cuando se deja que la propaganda sea la que defina el nuevo ciclo de una economía avanzada como la de EE.UU., se acaba teniendo una población estúpida que apoya a cualquier idiota que aspire a la presidencia y sucumbiendo al síndrome de la Reina Roja", sostienen los presentadores Max Keiser y Stacy Herbert. Según ellos, un ejemplo de esto se ve en el sector industrial estadounidense de la fracturación hidráulica ligado a las teorías de conspiración de los medios de comunicación.
En concreto, Max Keiser se refiere al accidente mortal del multimillonario Aubrey McClendon, fundador y director general de Chesapeake Energy, la segunda empresa de gas natural más grande de Estados Unidos, que -según él- se ha tratado en los medios de comunicación dominantes de tal forma que parezca que murió asesinado, como si fuera una "tragedia griega", defendiendo de ese modo al sector de fracturación hidráulica, que "se niega a aceptar que es un sinsentido en sí mismo".
Stacy Herbert aclara que, de este modo, el Gobierno estadounidense utilizó el derecho de expropiación para dar luz verde a la construcción de pozos de petróleo en una zona del Estado de Pensilvania con abundancia de arces, base del próspero negocio del sirope de arce. "El Gobierno ha utilizado el derecho de expropiación para hacerse con estos activos privados y sustituir a unas empresas que son rentables por otras que no lo son", denuncia Keiser, que explica cómo el síndrome de la Reina Roja se manifiesta en este y otros sectores. "Hay que perforar cada vez más deprisa para continuar en el mismo sitio. Y lo mismo pasa con las teorías de la conspiración sobre la fabricación de armas que amenazan EE.UU., que cada vez tienen que ser más grandes y más disparatadas", concluye el presentador, que pone de ejemplo las supuestas armas de destrucción masiva de Saddam Hussein que al final no se encontraron.