A partir del dato del crecimiento de la deuda privada en Australia (que ejemplifica una situación a nivel global), los conductores analizan como la especulación y manipulación de la tasa de interés avanza nuevamente hacia una crisis de las hipotecas. Al mismo tiempo que grandes financieras como Goldman Sachs operan para que esta dinámica se sostenga.
"El concepto de equilibrio ha quedado hecho trizas", destacan los conductores. Es que, según explican, los bancos "ya ni siquiera saben comportarse como bancos" porque en vez de brindar créditos a las empresas para que reinviertan en la economía, le dan dinero a las familias para que compren viviendas.
"Estamos ante la segunda parte de la burbuja de las hipotecas basura, que vuelve a amenazar al planeta por culpa de que el único objetivo después de la crisis fuera contentar a los tenedores de bonos y dejarles que siguieran haciendo lo mismo"
Esto se puede observar en el hecho de que el crédito concedido a las empresas "ha pasado de representar la mitad del crédito total" a ser apenas "un tercio" del mismo. Todo operado desde los Bancos Centrales que funcionan como "guardianes" de esta dinámica.
De allí es que se desprende que "tenemos una burbuja" y, en el caso australiano, el gobierno siguen "inyectando subvenciones para que la burbuja no deje de crecer". Pero el problema es que "la economía subyacente no es lo suficientemente robusta como para crear los ingresos en forma de impuestos necesarios para saldar esa deuda". Actualmente los australianos utilizan un 66% de sus ingresos semanales para pagar sus hipotecas.
Max Keiser analiza al respecto que "estamos ante la segunda parte de la burbuja de las hipotecas basura, que vuelve a amenazar al planeta por culpa de que el único objetivo después de la crisis fuera contentar a los tenedores de bonos y dejarles que siguieran haciendo lo mismo".
Pero Goldman Sachs presiona y señala que en caso de subir la tasa de interés se perdería "un billón de dólares". Esto se debe a que al tener tasas de interés tan bajas "se ha trasladado el dinero a los bonos con vencimiento a más largo plazo, que son de los que más cuesta escapar".
Es por ello que "podemos afirmar rotundamente que nos encontramos ante el fin de los vigilantes de la deuda, que se encuentran al final de la curva de la de rentabilidad". Los bancos centrales "pueden juguetear como si fueran crías con los bonos a corto plazo, pero cuando empiezan a comprar bonos a más largo plazo (instrumentos de renta fija a 10, 20 o 30 años, que son la base de la economía mundial), ahí están los vigilantes de los bonos para dispararlos sin piedad".
La supremacía blanca en el siglo XXI
En la segunda parte del programa Tariq Nasheed, director de cine, dialogó con Max Keiser sobre el racismo y la llamada "supremacía blanca". Nasheed estrenó recientemente la cuarta edición de Colores Ocultos, un proyecto de documentales impulsados mediante micromecenazgos.
A partir de un análisis de que hay un resurgimiento del interés por el movimiento negro, como el auge en EE.UU. de 'Black Lives Matter', Nasheed destacó que "el principal problema de la supremacía blanca es la mala distribución de los recursos que hace". Por eso se manifestó a favor de que el Reino Unido realice una reparación histórica a los países del Caribe por la esclavitud.
No obstante, analizó que la situación de dominación se mantiene ya que mientras los blancos "ocupan posiciones de élite en la sociedad", los negros "viven mayoritariamente en campos de concentración, privados de todo tipo de recursos y bajo el yugo de la supremacía blanca".
Durante el intercambio se puso de manifiesto el racismo imperante que ubica a los negros del lado de la delincuencia y el terrorismo. Sin embargo "gran parte de los asesinos que se dedican a matar gente indiscriminadamente en Estados Unidos son de raza blanca".
Por otra parte subrayó que los negros suelen pensar que "cuando un blanco no nos trata mal, es que está siendo bueno con nosotros". Pero eso es producto de "la mentalidad esclava".
Para Nasheed "la supremacía blanca muchas veces se manifiesta en forma de sonrisa. Eso fue lo que hicieron los misioneros en África" y la sociedad negra "no ha sabido desprenderse de esa mentalidad colectiva".