El poder está en los impuestos. Albert Einstein definía el interés o tasa de rentabilidad compuesta como "la fuerza más poderosa del universo", la cual, si no se pagan impuestos, hace que la tasa de rentabilidad compuesta se dispare. Para explicar y aclarar estas premisas, los presentadores Max Keiser y Stacy Herbert entrevistan y debaten con el periodista, actor y comediante Dominic Frisby, que considera que se deberían "cobrar menos impuestos a los trabajadores, crear un impuesto sobre el suelo", así como "gastar menos en guerras" para que así los contribuyentes paguen menos impuestos.
¿Qué relación tienen los impuestos con las revoluciones y las guerras?
Detrás de la mayoría de las revoluciones están los impuestos, que son lo que modela las sociedades y el comportamiento de sus ciudadanos, explica Dominic Frisby, que pone de ejemplo la Primera Guerra Mundial aunque todo el mundo piensa que tuvo que ver con el asesinato de un archiduque. "Cuando un país va a la guerra (y la Primera Guerra Mundial no es una excepción), lo hace para saquear todo lo que puede y, posteriormente, cobrar impuestos sobre sus nuevas pertenencias. Por eso Alemania entró en esa guerra, porque pensó que, como iba a ganar, pagaría los costos de la contienda con lo que saqueara. Por eso financió la guerra exclusivamente con deuda pública", explica.
Sin embargo, los británicos, por su parte, pagaron los costes del conflicto mediante el impuesto sobre la renta, lo que resultó ser un factor decisivo en el resultado final de la contienda. "Lo que ayudó a Reino Unido a ganar esa guerra fue que estaba mejor financiado que Alemania, que se quedó sin dinero antes de lo esperado", puesto que los alemanes no tenían impuesto sobre la renta, explican Frisby y Keiser.
Los impuestos, "el problema económico más acuciante de nuestro tiempo"
Frisby apunta que los impuestos son una de las principales causas de las desigualdades, ya que "los trabajadores pagan unas cantidades de impuestos desproporcionadas, mientras que otros disfrutan de una serie de activos libres de impuestos como bonos, acciones, viviendas. Cobran impuestos a quienes pueden, y está claro que cuesta mucho más cobrarles impuestos a las empresas que a los trabajadores". En este aspecto, Stacy Herbert matiza que las empresas, a diferencia de los trabajadores, se pueden ir fácilmente del país que les quiere cobrar impuestos. "El ciudadano de a pie jamás puede decir 'No me gusta el sistema fiscal de mi país: me marcho a China', porque para conseguir la ciudadanía existen una serie de restricciones", extrapola.
"Cuando salen a la luz filtraciones como los Papeles de Panamá, todo el mundo se escandaliza de que los ricos no paguen impuestos. Pero, al final, nunca pasa nada, porque como los que gobiernan forman parte de esa élite privilegiada, no toman ninguna medida para remediarlo", denuncia la presentadora Stacy Herbert, que recuerda las acciones que el primer ministro británico, David Cameron, reconoció tener en paraísos fiscales.
"Se trata del problema económico más acuciante de nuestro tiempo. Los Gobiernos tienen que gastar menos, dejar de cobrar impuestos a los trabajadores y cobrárselos a otros, además de crear un impuesto sobre el valor del suelo", opina el periodista.
"En caso de aprobarse ese impuesto, ¿sabe quién sería la que más pagaría? La Reina. ¿Y el segundo? El Duque de Westminster", señala Frisby "Lo que hay que gravar es el suelo, no la mano de obra. El problema es que, aunque no sea lo más deseable, se acabará gravando ambas cosas, para recaudar todo el dinero posible y así tratar de rellenar el gran agujero negro que tenemos en las finanzas públicas", concluye.