En la mayor parte de las economías desarrolladas y subdesarrolladas, cuando las empresas del sector no financiero y los gobiernos actúan bajo la lógica propia del sector financiero, dándole más importancia que a la economía industrial o agrícola, entonces ocurre que sus actividades se financiarizan. Esto causa numerosos problemas que desembocan en crisis económicas y sociales: desde el debilitamiento de la demanda a la ralentización del proceso de acumulación, pasando por la reconfiguración social que perjudica a los trabajadores.
Para muchos medios estadounidenses la culpa de todos los rescates, de la caída de acciones en la bolsa, del cierre de empresas y de las recapitalizaciones internas en EE.UU. y en todo el mundo la tiene Putin, que es quien "controla supuestamente a los europeos, y también la mentalidad de los estadounidenses", comenta con ironía el presentador Max Keiser.
Sin embargo, estos medios no nombran para nada a la financiarización, porque, según Kaiser, "no creen que tenga nada que ver en la destrucción de empresas" de gama media con más 120 años de antigüedad en todo el mundo, ni que sea la responsable de "la destrucción de las bases del capitalismo y del honor y la riqueza de todo un país".
Según el presentador, no existe ya un mercado intermedio ni una clase media, que se ha visto aniquilada en un proceso muy parecido al que han sufrido algunas tiendas de gama media. "En el actual modelo minorista estadounidense, el problema es el exceso de oferta, con un montón de productos procedentes de China, Asia y el resto del mundo que acaban o bien en las tiendas baratas o en establecimientos de lujo", explica Keiser.
"Eso se debe a la filosofía de reducir personal, con una disminución de la plantilla en los últimos años de hasta el 50%" y que, además, "han liquidado la empresa mediante recompras de acciones", apunta la presentadora Stacy Herbert.