Parece que las reglas del juego han evolucionado en EE.UU.: el Gobierno de Obama y sus predecesores optaron por hacer política a través de los poderes legislativo y ejecutivo, mientras que el presidente electo Donald Trump se está sirviendo de Twitter como herramienta para alterar la cotización de las acciones de determinadas empresas, como por ejemplo, Ford o General Motors.
"Un momento único en la historia"
"Estamos viviendo un momento único en la historia de EE.UU. y del mundo: nunca antes habíamos visto a un presidente electo que escribiera tuits dirigidos a empresas concretas", destaca Herbert, en referencia al caso de Boeing. Después de que Trump publicara un mensaje afirmando que el Air Force One cuesta 4.000 millones de dólares, precio que el magnate tildó de "estafa", las acciones de la empresa se desplomaron y esta mostró su disposición a rebajarlo para poder llegar a un acuerdo. Para Keiser, "Twitter no es más que el principio". "La tecnología del 'streaming' podría utilizarse para generar una democracia más participativa entre los estadounidenses", plantea el presentador.