Mientras gran parte del mundo está preocupada por la posibilidad de una nueva guerra impulsada por Donald Trump, Max y Stacey señalaron que es más peligrosa la delicada situación del banco más grande de Europa: el Deutsche Bank. En Italia va a celebrarse un juicio penal contra este "por cómo la entidad alemana consiguió ocultar 462 millones de dólares de deuda tóxica de Monte Paschi, el banco más antiguo del mundo", explicó Stacey.
Para Max esto derivó en que el Deutsche Bank sea "técnicamente insolvente" y que su quiebra a futuro parezca "inevitable". Es que "si se mantiene vivo, es gracias a los fraudes, los trucos contables, y el apalancamiento por parte de los organismos reguladores gubernamentales", añadió el conductor.
En 2008 Monte Paschi, anunció que tenía unas pérdidas por valor de 462 millones de dólares. Fue entonces que Michele Faissola, un italiano que dirigía la Unidad de Intereses Mundiales del banco alemán "creó un derivado que le permitiría a la entidad conseguir un beneficio inmediato y extender las pérdidas a lo largo del tiempo".
Max detalló que se trata de "una pérdida con moratoria fiscal o de una transferencia de pérdidas a futuro no declarada". En ese sentido ejemplificó que Trump "declaró su transferencia de pérdidas a futuro" y por eso "se libró de pagar impuestos durante 10, 15 o 20 años". El caso del Deutsche Bank es similar "con la salvedad de que, en su caso, las cantidades ascienden a muchos miles de millones, que representan un verdadero riesgo para la economía mundial".
¿Cómo salvar a la Unión Europea?
En la segunda parte del programa Max entrevistó a Trond Andresen, quien defiende la postura de que Noruega permanezca fuera del euro pero además tiene una propuesta alternativa para el mercado común del viejo continente. Su planteo retoma una idea de John Maynard Keynes, representante del Reino Unido en la conferencia de Bretton-Woods de 1944 que estableció las bases del nuevo orden económico luego de la Segunda Guerra Mundial.
Keyne propuso entonces "la creación de un banco mundial, el International Clearing Union, que vendría acompañado de la emisión de una divisa internacional, el bancor". En ese esquema los países "que tuvieran superávit en su cuenta del International Clearing Union serían castigados mediante el pago de un interés vinculado a él". En caso de que un país no lograra poner fin a su superávit, "como le pasa hoy en día a Alemania", el International Clearing Union "le impondría un castigo adicional subiendo la tasa de cambio, es decir, obligándole a apreciar su divisa". Para Andresen, de esta manera, "se conseguiría equilibrar" las economías.
"Lo que propongo para el momento actual es convertir al euro en un bancor, y al BCE en un International Clearing Union para la eurozona, que de esa forma podría reequilibrar su economía", concluyó.