La escritora y activista canadiense Naomi Klein, autora del libro 'No logo: el poder de las marcas', escribió recientemente un artículo en la revista The Intercept, donde critica a los inversores estadounidenses en criptodivisas que se están instalando en Puerto Rico. Según la autora del artículo, la isla se encuentra "en la ruina", por lo que ha dispuesto "ventajas fiscales" con el fin de "atraer desesperadamente" capital externo.
"Klein, una famosa escritora que escribe sobre temas medioambientales y relacionados con la justicia social, ha percibido que la llegada de una clase rica a la isla supone un peligro para la economía y el tejido social (puertorriqueño)", comenta Keiser. El presentador del programa se muestra sorprendido por la "tendencia que tiene la gente de izquierdas, como Naomi, a pensar que ellos tienen el monopolio de las buenas intenciones", un monopolio que "lo único" que puede poner en marcha es "una serie de políticas inútiles que no se traducen en progreso social".
Asimismo señala que las afirmaciones hechas por la escritora en su artículo "están desprovistas de cualquier análisis de índole económica que tenga que ver con las criptodivisas", puesto que "sus conocimientos sobre esta tecnología son inexistentes". "A Naomi le encanta dar lecciones a los demás, en plan: 'Soy de izquierdas, y como tal, soy moralmente superior a ustedes. Eso sí, prefiero no poner la carne en el asador ni correr ningún riesgo'", agregan.
¿Un panorama oscuro le espera al mercado de las criptodivisas?
En la segunda parte del programa, Keiser y la abogada especializada en criptodivisas Adella Toulon-Foerster hablan sobre el confuso régimen normativo que existe en torno a las monedas digitales, porque actualmente, la Comisión de Bolsa y Valores dice que las ofertas iniciales de monedas son títulos bursátiles, la Comisión de Comercio en Futuros sobre Mercancías, que las criptodivisas son materias primas, Hacienda, que son activos en propiedad, y la de Red de Control de Delitos Financieros, que son dinero.
"Lo que están intentando hacer es mandar un aviso a aquellos que no se registran o que no informan. Han puesto una especie de red ancha para que todos los organismos reguladores tengan un cierto grado de implicación y no pasen por alto a aquellos que no informan", sostiene la invitada.
Por ejemplo, "las empresas del sector dedicadas a los servicios monetarios están obligadas a llevar un registro, y a partir de un cierto umbral, tienen que recopilar datos de todos sus clientes. Es más, si superan otro umbral, tienen que informar a la Red de Control de Delitos Financieros, quien a su vez informa a Hacienda. Por tanto, se trata de una entidad que impone multas y otros castigos más duros, como penas de prisión; por eso es algo mucho más serio", advierte Toulon-Foerster.