"Sin infierno no hay catolicismo, sin perdedores no hay capitalismo"
En la primera parte del programa Max Keiser y Stacy Herbert hablan sobre las políticas liberales clásicas adoptadas por Rusia durante la crisis del rublo del 2014 que aseguraron la estabilidad económica.
Según Max, Rusia aprendió mucho de la crisis económica de 1998, por lo que "empezó a acumular reservas para protegerse ante este tipo de fluctuaciones". Sin embargo, a esto hay que añadir otro factor a tener en cuenta: la gran cantidad de oro comprada por Rusia, debido a que —explica el presentador— "percibe que, en algún momento, el dólar va a perder su supremacía mundial, lo que acarreará consecuencias a nivel planetario".
Según Max, "No hay capitalismo sin capital", por lo que "no puede haber capital si no existe un interés suficiente como para atraer a los ahorristas, que son imprescindibles para la economía, algo que sabe muy bien Rusia".
En cambio, el presentador agrega que "en Estados Unidos y en otros países, la creencia es que los ahorristas, los salarios y los trabajadores ya no son necesarios, que se puede hacer caer los intereses hasta el 0%, y que se puede depender exclusivamente de las fusiones y adquisiciones y de los fraudes contables". En este sentido, Max recalca que "sin infierno no hay catolicismo" y que "sin perdedores no hay capitalismo".
En la segunda parte del programa Max entrevista al banquero y escritor Chris Whalen, con el que aborda la cuestión de la guerra comercial, los recortes de impuestos y las políticas económicas.
En cuanto a las relaciones entre EE.UU. y China, el invitado hace notar que existe una asimetría, "un desequilibrio entre ambas potencias". Según Whalen, "China ha dominado la fabricación de artículos de gama media y baja, pero no de gama alta".
"Si Estados Unidos puede comprar semiconductores de alta gama a Taiwán o a Corea, la importancia del dominio chino será relativa. Está claro que Corea será capaz de rellenar el hueco", conjetura el banquero.